1. Viviendo como una familia «normal»


    Fecha: 30/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30

    ... había dado mucha importancia, ahora las recordaba buscando una explicación que Marisa empezó a darme:
    
    —¿Te acuerdas cuando te comenté que llevaba un tiempo que Paco casi ni me tocaba?
    
    —Sí, pero ¿todavía seguís así?
    
    —Bueno, más o menos, el caso es que él me decía que no sentía nada cuando lo hacía conmigo, ni siquiera podía correrse follándome y le costaba mucho tenerla dura.
    
    —Qué raro, ¿no?
    
    —Eso pensé yo, pero lo achaqué a su edad, a que había perdido sensibilidad en la polla, ya me entiendes, a la rutina, o que yo no le ponía ya lo suficiente.
    
    —Sí, eso a veces pasa en los matrimonios después de los años.
    
    —El caso es que empecé a darme cuenta de cómo se excitaba con la cría. Le gustaba tenerla encima poniéndose a sobarla, como estaba haciendo ahora, y nuestra hija encantada, claro. Yo estaba muy confundida, no sabía qué hacer. Cuando le miraba reprochándoselo, él me decía que estaban jugando y Andrea me lo confirmaba, poniéndose de su parte.
    
    —Te entiendo más de lo que piensas, amiga.
    
    —¿Sí? Bueno, supongo que a todas las madres nos habrá pasado algo parecido en casa, pero el caso es que esos manoseos de mi marido a la cría fueron haciéndose más descarados, incluso en mi presencia, por lo que me tuvo que reconocer que Andrea se la ponía muy dura y que se sentía casi como en su juventud. Imagínate como me quedé yo.
    
    —Escandalizada por eso, claro. Pondrías el grito en el cielo.
    
    —Ya ves. Le dije de todo, que estaba loco, que era un……, en fin, ahora me arrepiento, pero estaba muy enfadada con él.
    
    —Es comprensible mujer. Luego te cuento yo…., pero ¿qué pasó después?
    
    —Pues que acabamos hablando muy seriamente de todo ello. Todavía me tiembla el cuerpo cuando lo recuerdo porque fue un momento muy duro del que dependía toda mi vida, porque o se iba todo a la mierda, o lo aceptaba en cierta forma, teniendo alguna posibilidad de ser feliz en mi matrimonio.
    
    —Es una situación muy delicada ciertamente.
    
    —Paco me explicó, se justificó, me pidió perdón, pero estaba claro que era algo que no buscó, que surgió de su desesperación por no poder complacerme a mí ni hacerlo él mismo y cuando empezó a sentir eso con su hija no pudo evitarlo, por lo que yo, en parte, acabé entendiéndole. Tú me dirás ahora que la loca soy yo por permitírselo, pero estoy muy enamorada de él y lo que quería a toda costa era salvar nuestro matrimonio.
    
    —No te preocupes, Marisa, te entiendo perfectamente, porque como te decía, yo también tengo que sincerarme contigo, ya que mi historia no es muy diferente a la tuya.
    
    —¿Qué dices….? ¿Qué vosotros también….? No me lo puedo creer.
    
    —Sí, amiga, siento una gran liberación al escucharte, porque me sentía muy agobiada con todo esto y me preguntaba si a alguna otra familia les estaría pasando lo mismo y ya ves, como me iba yo a imaginar que vosotros……, es increíble, pero tenemos mucha suerte de poder compartirlo entre nosotros.
    
    —¡Uuuuffff!, Yo también, amiga. No sabía cómo te lo ibas a tomar, si no ...
«12...567...11»