1. Viviendo como una familia «normal»


    Fecha: 30/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30

    A veces la vida de una familia normal, convencional, sin nada que los haga diferentes de todas esas personas que pueden andar por las calles de cualquier ciudad, puede verse alterada por algo que sucede en la intimidad de su hogar que les hace replantearse todas sus convicciones y forma de pensar que pudieran tener hasta ese momento.
    
    En realidad, al igual que todas esas personas de las que desconocemos sus vidas privadas, sin que veamos nada en ellas que las haga ser especiales o que sus vidas puedan ser diferentes, puede suceder algo casual, sin haberlo buscado, que despierta esa perversión que todo ser humano lleva dentro esperando a que se den las circunstancias para que esa sensación impregne su vida y la de todos los que le rodean.
    
    Esto es lo que sucedió en mi familia, un día cualquiera, o una noche, da igual, durante una escena cotidiana de cualquier familia, en la que estábamos viendo la televisión en la cama de nuestra habitación, y nuestra hija pequeña, como tantas veces hacía en ocasiones anteriores, se metió en la cama con nosotros para ver la tele juntos.
    
    Hasta ahí, nada extraño ni diferente a lo que pueda suceder en tantas otras casas, pero en esta ocasión sucedió algo que cambió mi familia y nuestras vidas, en este caso, para siempre.
    
    La película que estábamos viendo era algo subida de tono, con escenas quizás demasiado fuertes para que nuestra pequeña hija pudiera verlas, pero debido a nuestra mentalidad abierta, preferimos que ella vea lo que tenga que ver en nuestra compañía y que nos pregunte sus dudas si todo eso le puede resultar desconcertante, pero el caso es que mientras en la pantalla una mujer desnuda con las piernas abiertas, gemía mientras un hombre estaba entre ellas haciendo un movimiento de vaivén, nuestra hija miraba fijamente sin decir nada, solamente parecía estar concentrada o impactada con lo que veía, aunque por su reacción, parecía que no era la primera vez que observaba algo así, por lo que la dejamos seguir mirando y nosotros nos centramos también en esa película que acabó excitándonos, ajenos a su presencia.
    
    Mi marido y yo nos abrazamos iniciando unas pequeñas caricias en nuestros genitales bajo las sabanas, de lo que nuestra hija se dio cuenta, y se juntó a nosotros, buscando ella también ese contacto de una forma inconsciente, metiéndose prácticamente entre su padre y yo, abrazándola mi marido y acariciándola de una forma instintiva, en principio de una forma inocente, pero ella respondió mimosamente lo que provocó que su padre fuera más atrevido en esas caricias, llevado por un morbo del que puede que no fuera consciente a donde le podría llevar.
    
    Encendidos por el ambiente creado en la habitación, ese juego de besos y caricias que serían normales en cualquier pareja, se extendió a una niña que nos acompañaba durante ese momento en el que la intimidad matrimonial debería ser únicamente de la pareja.
    
    Esa presencia acabó pervirtiendo nuestra relación, añadiéndole un ingrediente de morbo ...
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