1. Carita de ángel (7)


    Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... alguien… —digo.
    
    —Shhhh —me dice tío Eduardo.
    
    —¿Quién es? —pregunto, alarmada.
    
    —Soy yo —dice la persona que acaba de aparecer.
    
    Me siento confundida. Reconozco la voz. Es la voz de tío Eduardo. Entonces, el hombre que me abraza por la espalda…
    
    Intento zafarme de él. Pero me abraza con más fuerza. Siento la mano de tío Eduardo, ya frente a mí, apretando mi mentón y mi mejilla.
    
    —Te comprometiste a obedecerme. Te lo dije varias veces, y seguiste adelante. Ahora vas a hacer lo que te digo.
    
    —Pero ¿quién…? —digo, sin poder terminar la pregunta.
    
    —Soy yo —dijo tío Eduardo. El verdadero. El que acababa de llegar—. Me dupliqué para darte el doble de placer. Para acariciarte con cuatro manos. Para lamerte con dos lenguas. Para cogerte con dos pijas.
    
    Escucho que el tipo a mi espalda ríe, pero se reprime enseguida. Las palabras de tío Eduardo calaron hondo en mí. Pero seguía sintiéndome insegura. ¿Con quién me iba a compartir? ¿Por qué? ¿No estaría esperando, en realidad, que me negara a hacerlo? Yo lo quería a él, solo a él.
    
    Un inesperado dolor en mis tetas. Algo apretaba mis pezones con mucha fuerza. Pinzas. Tío Eduardo me besó en la boca.
    
    —Solo entregate. Obedecé y entregate —me dice.
    
    —Solo quiero hacerlo con vos —le digo.
    
    Omito llamarlo tío. Siempre me gusta resaltar nuestro vínculo filial cuando nos acostábamos. Pero ahora me da vergüenza. Aunque el tipo ya hubiera escuchado que lo llamaba tío, ahora me reprimo. ¿Qué sabía ese hombre del que ni siquiera conocería su rostro? ¿Tío Eduardo le había contado que se cogía a la hija de su hermano? Siempre habíamos sido muy cuidadosos con eso. Debía ser alguien de mucha confianza.
    
    Debo confiar en el tío, me digo. Debo someterme a él. Siempre que lo hago, gozo de una manera increíble.
    
    —Ya te lo dije. Soy yo. Vas a estar solo conmigo. Solo que vas a disfrutar el doble —Mete la mano dentro de mi pollera. Muy cerca de donde el hombre anteojudo había metido su mano—. Pero te voy a dar una última oportunidad. Si querés irte, andate. A lo mejor me equivoqué con vos. Pensé que nos entendíamos. Que confiabas en mí. Pero si no es así, podemos terminar todo acá mismo.
    
    “Terminar todo acá mismo”, me repito, consciente de que no se refiere solo a esta cita. Si me voy, me va a castigar ignorándome, quizás para siempre. La idea de ser penetrada por un desconocido parece irrisoria ante la de no estar más con él, lo cuál me aterroriza.
    
    —Quiero quedarme. Solo estoy un poco asustada —digo, apelando a su compasión, cosa que no solía funcionar.
    
    —No tenés por qué temer —dice tío Eduardo.
    
    Siento la mano del hombre a mi espalda. Ya dejó de ejercer tanta fuerza en mi cuerpo. Ahora me acaricia el culo con fruición. No emite palabra, seguramente por orden de tío Eduardo, quien le habrá indicado que se mantenga en su papel de sombra, imitándolo a él. Su voz podría romper el hechizo. Tío Eduardo se aleja, mientras el otro mete la mano ahora debajo de la pollera, encontrándose con mi ...
«12...456...9»