1. Carita de ángel (7)


    Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... iban a toparse con la que estaba sin uso.
    
    Voy al siguiente salón, asumiendo que ese es “el del fondo”. Está oscuro. Solo iluminado por una lámpara que larga una luz mortecina. Hay ventanas, pero están todas cerradas, impidiendo que se filtrara la luz del sol. Hay una colchoneta. De esas que se usan para hacer yoga. Contra la pared, un par de mesas. Y en un extremo, un pizarrón con rueditas.
    
    En el pizarrón hay algo escrito. Me acerco para leerlo. “Ponete la venda que está en la mesa. Si te la sacás en algún momento, te mando a tu casa. Si te da miedo, volvé por donde viniste”.
    
    Sí, me da miedo. Pero lo que me da miedo no es la venda, sino el hecho de que asumiera que pudiera sentir miedo. Pero me digo que al final, lo que quiere es lo mismo que yo: coger. Solo le estaba dando un poco de misterio a la velada, cosa que me excitaba.
    
    Agarro la venda. Es larga, de una tela suave, que se me hace muy sensual. No es un trapo cualquiera. Es un artículo que parece haber sido fabricado justamente para eso: para que una colegiala se la pusiera, y quedara a oscuras, a merced de la lascivia de su tío.
    
    Me la ato, procurando hacerlo bien. No quiero que se me salga y el tío se moleste. Espero. Pensé que me iba a hacer esperar más tiempo, pero ahora oigo pasos acercándose.
    
    —Tío —digo, en un susurro.
    
    No dice nada. Escucho sus pasos yendo a mi dirección. Creo sentir el olor de su perfume, del humo del cigarrillo impregnado en su ropa. Me levanta la pollera, pero inmediatamente la suelta. Supongo que quería comprobar si lo obedecí.
    
    —Tío —repito—. Por favor, cogeme.
    
    Tío Eduardo no dice nada. Mi mundo es solo negrura. Negrura y la presencia de ese hombre maduro que está a punto de someterme. Me doy cuenta de que se agacha, ya que se produce un vientito. Siento sus manos en mis pies. Me quita las zapatillas. Me agarra de la mano y me lleva, unos metros más allá de donde estaba. Siento la superficie de la colchoneta. Qué tonta, era obvio que estaban ahí como sustitutas de una cama. Debí haberlo esperado ahí desde un principio.
    
    Me agarra del pelo y lo levanta. Siento su respiración en la nuca antes de que me bese el cuello. Me da cosquillas y placer. Lo suelta. Se apoya en mí. Me abraza por detrás. Sus manos rodean mi cuerpo. Me huele el cabello. Aprieta su pelvis en mi trasero y me hace sentir la hinchazón de su verga. Abre mi saquito, y me lo quita. Ahora quedo solo con la falda y la camisa blanca, de la que no tarda en empezar a desprender los botones superiores. Mete su mano y empieza a masajear mis tetas con fruición. Su mano está un poco áspera, haciendo que sus masajes sean algo toscos, aunque igual excitantes.
    
    Entonces libera una de mis tetas. Pero sin quitarme el brasier. Solo la saca. Luego hace lo mismo con la otra. Aprieta mi pezón, que ya está durísimo. Las mamas hinchadas.
    
    Escucho que alguien entra a la habitación. Lo hace sigilosamente, pero ante la ausencia de otros sonidos, resulta evidente. Me estremezco.
    
    —Tío, ...
«1...345...9»