Una simple puta - Relatos Eróticos

Una simple puta

... condiciones ninguna es superior o inferior que la otra. Eso es lo dulce del sexo lésbico, nadie somete a nadie solo somos dos ninfas amándonos.

La tomé de la mano y la llevé hacia la cama, me subí a la cama y me quedé en cuatro exponiendo mi ano y mi coño como una vaca lista para ser inseminada. Toda la tensión sexual había provocado la dilatación espontánea de mi ano. Era como una invitación para que me chupe el culo, yo no miraba solo esperaba que ella actúe. No demoró de un momento a otro sentí su respiración en mi esfínter anal, puta madre fue una sensación de electricidad que recorrió todo mi espina dorsal, y que me golpeó hasta la nuca. Luego su lengua experta se introdujo en mi ano, buscando mis aromas y sabores rectales, me imagino que le gustó mi sabor interior porque comenzó a meter la lengua con ansiedad, y luego su primer dedito dentro de mi culo. No saben, es que no se pueden imaginar como gemía yo ante ese trabajo anal que me estaba haciendo, un segundo dedito y seguía lamiéndome, que nivel de dilatación anal. Cuando trataba de encajar el tercer dedo yo no aguanté más y me corrí y quedo la embarrada en la sabana con todos los fluidos que expulsé de mi coño.

Quedé tirada en la cama exhausta, pero sabía que esto apenas comenzaba, como pude me viré y la miré de pie y desnuda. Pude notar que sus tetas eran igual de inmensas que las mías, pero ya sin brasier los efectos de la gravedad y del peso de sus senos era un poco más notorios que en los míos. Mejor siempre es mejor las imperfecciones de la carne, que las perfecciones del plástico. Se subió a la cama, y colocó su coño una vez más contra mi cara, en un movimiento vertiginoso yo me encontraba lamiendo y chupando su vagina y su ano en la medida en que ella movía sus caderas. Debido ya a la sensibilidad de su primera corrida, no demoro mucho en correrse por segunda vez en mi cara, me entró un poco la desesperación por mientras tenía su orgasmo se restregaba contra mi cara y sus abundantes flujos me hacían sentir que me iba a ahogar, por lo desesperada que estaba en tragarme sus secreciones.

Se quedó tumbada encima de mí mientras se recuperaba de este orgasmo, me dio unos minutos de recuperar la calma, luego de la agitación que sufrí por casi ahogarme con sus flujos en mi cara. Poco a poco nos fuimos incorporando, busqué una vez más su boca quería besar de la forma más romántica a esta mujer, para que sepa que no era una simple puta. Sino una mujer a la que me estaba entregando con todo mi ser y toda mi fuerza durante el corto tiempo que iba a estar conmigo. Ella fue receptiva me ofreció su boca con la misma calidez con la que yo le entregaba la mía, pude sentir sus tetas aplastadas contra las mías, eran dos masas mamarias que se restregaban contra sí. Sin notarlo y muy despacio fuimos colocando en posición de tijera. En ningún momento dejamos de besarnos con la dulzura descrita, y así como nuestros labios bucales se besaba de esa misma manera nuestros labios vaginales se ...