1. Una simple puta


    Fecha: 14/07/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Yessenia, Fuente: TodoRelatos

    ... cuidadas y arregladas, el dedo gordo era como una verguita que me invitaba a chupársela. Así lo hice primero lamiendo por entre todos sus dedos y luego comencé a chupar su dedo pulgar, una completa delicia. Esta chola era una completa delicia exótica, dejé su pie derecho y comencé a darle la misma atención a su pie izquierdo. Mi dulce compañera de esa noche comenzó a emitir leves gemiditos, muy similares a los de las gatas en celo, como para volverse loca solo escuchándola. El aroma cítrico de su perfume comenzó a disminuir, mientras que el aroma de sus secreciones vaginales comenzaba a inundar el ambiente, ese aroma que de a poco me hace perder el control, pero esa noche quería controlarme para disfrutar de a poco el cuerpo de esta simple puta.
    
    Sin embargo, soy débil ante las percepciones sensoriales que emanan del acto sexual, soy esclava de los aromas y sabores que se desprenden del cuerpo del o la amante de momento. La intensidad del aroma de mi amiga me hacía intuir que tenía un monte de venus con una mata de pelos que de seguro la bajaba hasta el ojete del ano, al menos es lo que más deseaba en ese momento. No pude contenerme y dejé que el instinto me lleve hasta la vagina de esta mujer, no sin antes ir lamiendo una de sus piernas desde su tobillo pasando por su rodilla y su muslo. ¡Oh que dulce aroma a meado sexual! Atrapé con mis dientes el extremo inferior de su falda y lo fui subiendo de a poco mientras descubría los sensuales signos de una leve celulitis en sus muslos. Finalmente, me encontré con el tesoro que tanto venía anhelando, un hilo dental blando de seda semi transparente, tan abultado que parecía se iba a romper con vellos púbicos que se salían por los costados, así como mis tetas se me salían por los costados de mi vestido. Esa tela blanca semi transparente, ya daba muestras de una intensa actividad glandular, en otras palabras, estaba encharcada. Perdiendo un poco el control, incrusté mi cara para embriagarme en su aroma, ella tomó mi cabeza y la empujó en contra de sí.
    
    Dulce aroma a coño peludo, como me arrebatas y me haces indefensa a tu voluntad. Me esforcé en mantener la calma, y muy suavemente, como era su piel fui bajando su braga, y por cinco segundos me quedé toda boba hipnotizada ante la majestuosidad de sus pelos negros, se me hacía agua la boca pensando en cuántos de esos pelos me iba a tragar. Ella se dejaba hacer sin oponer resistencia y sin sugerir algún deseo de ella, no se si era por su actitud normal de puta o porque disfrutaba la manera en que la iba haciendo mía de a poco. Atraje un taburete y coloqué su pierna derecha sobre ese taburete para poder abrirla a plenitud, y tener su femenina vagina a mi disposición. En ese momento me golpeó fuerte en la cara ese olor mariscoso de coño que es tan delicioso y natural, aun sigo entender como podía en ese momento seguir controlando mis impulsos que me empujaban a ser salvaje. Me tomé el tiempo de abrir el pelaje hasta descubrir la entrada del canal vaginal, ...
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