1. Una simple puta


    Fecha: 14/07/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Yessenia, Fuente: TodoRelatos

    ... a la habitación, bueno todas esas ideas me han producido muy placenteras sesiones masturbatorias. Y así, caminando suave y despacio (tal cual como voy construyendo este relato), salimos tomadas de la mano como novias, y avanzamos por el lobby hasta el elevador que nos llevaría a la habitación que había alquilado. Los botones y el personal del hotel me conocían, y sabían de mis actividades, pero estaban llenos de sorpresa porque era la primera vez que alquilaba una habitación para mí, y era yo quien había contratado a una simple puta, en nada diferente a mi otra simple puta.
    
    Se abrió el elevador entramos las tomadas de la mano y nos pusimos en la parte posterior, y entraron otras tres personas que iban a diferentes pisos. Sin decir nada y muy sigilosamente tomé el culo de mi amante, se sentía redondo y firme con las carnes sanas, ella me miró de reojo, y pude percibir cierta agitación en su respiración, de a poco nos fuimos quedando solas y aun faltaban tres pisos más, aproveché para abrazarla por la cadera y sentir sus carnes pegadas a las mías. Era una sensación subliminal, su abundancia cárnica era libidinosa, no estaba ebria por el alcohol sino por eso suave perfume que me tenía chorreando flujos por mis piernas. Así abrazada a ella salimos del elevador, y caminando despacio avanzamos hasta el final del pasillo donde estaba mi habitación, ya no hablábamos solo íbamos sintiendo. Abrí la puerta y con una suave nalgada la invité a pasar.
    
    Desde que la vi me moría por besarla, mientras conversábamos en el bar no dejaba de mirar y desear sus gruesos labios clara representación de los genes africanos que al igual que en mi corren por nuestras venas. Delicadamente la llevé contra una pared de la habitación, y la besé, estaba rompiendo una de las reglas de las putas, que es no besar a sus clientes. Pero ella no puso resistencia, más bien abrió su boca y dispuso su lengua en unos de esos besos muy profundos y babosos, como de esos que se ven en el porno japonés. Y así nos dedicamos a conocer nuestra cavidad bucal a profundidad por varios minutos, mientras manoseábamos nuestros cuerpos sin apuros, como si quisiéramos irnos explorando y descubriendo de a poco. Era difícil contener mis tetas dentro de ese vestido que había escogido para aquella noche, y ella aprovechaba eso para pellizcar suave y delicadamente mis pezones, ella me preguntó si estaba dando de lactar por las oscuras e hinchadas aureolas de mis senos, le dije que lo que más deseo es que se me vuelvan a llenar las tetas de leche, quizás sea algo que suceda pronto.
    
    Me despegué de su boca, despacio y con calma me fui arrodillando ante ella, para tomar sus pies y poder quitarle sus zapatos de taco tipo aguja muy alto, y me encontré con unos pies que me decían que su vida no había sido tan fácil y delicada. Podía leer en sus pies que al igual que yo desde muy joven tuvo que dedicarse a las labores del hogar, y eso me hizo comenzar a quererla. Sin embargo, sus dedos y uñas estaban bien ...
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