Marcia se confió - Parte I y II - Relatos Eróticos

Marcia se confió - Parte I y II

... por una nariz pequeña y elevada. Ojos castaños (ahí los míos celestes le ganan jaja).En resumen su rostro es aniñado, no representando sus años reales y dándole un aspecto pícaro.

Tiene mi misma edad, 39 y nos conocemos desde la primaria. Estuvo casada, sin hijos pero aparte de ese matrimonio fallido ha tenido incontables parejas. No le duran mucho pues o se cansa ella de mantenerlos o se agotan ellos sexualmente, aunque generalmente sus parejas son hombres más jóvenes.

Físicamente no es tan armoniosa como yo, pues lo mío es todo aumentado, pero parejo. Mucho pecho, mucho culo, mucha espalda, mucha pierna.

Ella es finita de cintura para arriba. Poco pecho, no escaso, tirando a medianos chicos, claro que si los comparamos conmigo pierde por goleada.

El punto fuerte es su culo, amplio como el mío pero más pronunciado hacia afuera, redondito y carnoso. Con unas piernas acordes, morruditas.

Para terminar la descripción cuento que su piel es blanca, ambas somos de piel muy blanca, aunque la mía es más lechosa y la de ella se broncea más fácil.

No puedo evitar compararme cuando la describo… ¿será una patología nueva?

Nos desnudamos. Ya no se cruzaba por mi cabeza privarme de lo que iría a pasar. Mi excitación explotaba a pesar del reciente orgasmo y Andy se contagió enseguida. Tampoco le cuesta mucho a esta puta.

Nos besamos y acariciamos los pechos una a la otra. Nos comimos la boca con mucha lengua enroscada una en otra.

En un momento que le apretaba las tetas con las dos manos, bajé una de ellas a su vagina para palpar por primera vez una, que no sea la mía. Que sensación rara, calentita, empapada de espeso líquido que se me quedó adherido a los dedos.

Ella me empujó para caer acostada en la cama, ahora boca arriba y metiéndose entre mis piernas me dijo:

- Ahora vas a ver como se chupa una concha, señora casada y recatada.

Y me comió como nunca me comieron, tenía maestría, lo que me llevaba a pensar que no era la primera vez que lo hacía… cosa que ignoraba.

Ya no me ardía más el ano, sería por la crema o por la excitación, apenas molestó cuando me volvió a meter un dedo. Como para molestarme si con la lengua me violaba el clítoris de una forma que antes del minuto estaba retorciéndome como una lombriz, con un nuevo orgasmo en puerta.

El que llegó segundos después cuando me clavó 2 dedos profundamente con ruido de chapoteo.

Incluso sentí que me orinaba. Se lo comuniqué y me dijo que no me contenga, que me afloje, que no retenga.

- No es orina, Marcia es squirt… no aprietes, déjalo fluir.

Pero a pesar de eso no expulsé ningún líquido, tal vez la advertencia llegó demasiado tarde. Igualmente el orgasmo fue demoledor y delicioso.

Ella seguía y seguía estimulándome y yo pensé que me tocaba hacerle algo para compensar, pero por más que me lo proponía no me decidía a practicarle un cunnilingus. Aún no estaba preparada y no sé si lo estaría alguna vez, en el caso que este acto se repita.

Se lo ...