Marcia se confió - Parte I y II - Relatos Eróticos

Marcia se confió - Parte I y II

... muy yegua. – Esto te pasa por tardar tanto en entregar la cola… jajaja… encima con varios tipos… que loca.

- ¿Encima te reís hija de puta? Estoy en esta por tu culpa, calentorra. – Salté enfadada y remedándola continué. –“Marcia tienes que divertirte, suéltate”– Me drogaron, pelotuda, me drogaron y vos mientras. ¿Qué hacías?

- Dormía, después que el tipejo se deshizo de mí. – respondió mosqueada. – Bueno, no veo lastimado, si muy irritado… te voy a poner esta crema hidratante y desinflamante, pero te va a llevar unos días que esto vuelva a la normalidad, te lo digo por experiencia jiji…

Me comenzó a aplicar la crema en el ano con mucha suavidad atenta a mis sobresaltos cada que me tocaba. No tanto por dolor y si por lo chocante que sentía la situación.

Cuando hubo impregnado bien toda la zona me avisó que iba a tratar de introducir un dedo con la sustancia y que le avisara si dolía.

- Ayúdame… tenete los glúteos abiertos así tengo más espacio. – me dice.

Llevo mis manos a las nalgas y las mantengo abiertas todo lo que puedo a la vez que sentía un calor inmenso sobretodo en mi cara. La situación era algo violenta para mí, pero también morbosa y vergonzosa… una combinación un tanto peligrosa.

- No me extraña que te hayan destrozado el culo, nena… yo si fuera hombre estaría encandilado con tremendo orto que tienes.

- Cállate, estúpida que bastante vergüenza siento como para que colabores con tus comentarios lascivos. – conteste medio en broma.

Ya tenía incrustado su dedo y lo movía en círculos despacio tapizando las paredes del recto de la crema.

No me dolió, solo al principio cierto escozor y luego fue una sensación placentera.

- Es un milagro que no esté rajado, se ve que tuvieron cuidado.

- Me da mucha vergüenza Andy, pero cuando comenzaron a sodomizarme lo hicieron con infinita paciencia y cuidados, aparte de que estaba super excitada. Todo por eso que me hicieron tomar como una boluda.

- Si, si… - exclama Andrea con ironía. – Todo por culpa de las sustancias, claro.

Odio reconocer que mientras me encremaba el culito recordaba la noche y me empecé a excitar… pero que tarada soy por Dios. Y por supuesto, la yegua de Andrea se dio cuenta:

- Pero que es eso brilloso entre los labios. – apuntó mientras pasaba un dedo entre mis labios vaginales.

- ¿Pero qué hacés tonta? En la vagina no tengo nada, saca ese dedo de ahí…

- ¿Nada? - preguntó mientras ponía dos dedos delante de mis ojos. – Nada seco tenés. Te estás mojando, ramera… jajaja.

Ahora sí que casi me desmayo de la vergüenza. Mi amiga me había pillado. Me estaba excitando con su tocamiento.

- No te avergüences Mar, la gente se excita cuando los tratan bien, cuando la situación es morbosa, cuando se siente atracción por otra persona. Relájate, dejame a mí que de esto se…

- ¿Qué sabés? – pregunté asustada.

- relájate. – dijo solamente.

Volvió a frotar mis labios vaginales con dos dedos, suavemente, de arriba hacia abajo. Sentía que ...