Marcia se confió - Parte I y II
Fecha: 09/07/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Migran Kus K, Fuente: TodoRelatos
... defensas… no lo creo, no lo puedo creer, no sé qué me pasó… por Dios…
- Bueno hubo ayuda. – se le escapó al muy idiota.
- ¿Qué dijiste malnacido? – lo increpé desencajada.
- E-eh… que te tomaste unas… pastillas… antes… en el boliche, yumbina y éxtasis… solamente.
- ¡¿QUEEEE?! ¿Me drogaste hijo de puta?
- NO, yo no fui… fue el otro y tampoco es que te drogó mucho… son desinhibidores solamente… como para que te soltaras.
- ¡Maldito! ¿Éxtasis no es droga? Maldito… maldito…
Ahora me cerraba como me había agarrado semejante calentura y perdido el control. No podía creer que fuera tan boluda, mujer grande, dejándose drogar por unos pendejos, casi que es gracioso, si no me doliera tanto el culo.
- Yo usé Multi-o cuando te hice el cu… la cola. – el muy imbécil se seguía deschabando… si seguía así le iba a tener que agradecer lo que usó.
No le contesté más, tenía muchas ganas de llorar. Me quedé en silencio sollozando mientras esperaba a mi amiga.
Afortunadamente no pasó mucho que Andrea llegó a buscarme. Cuando iba a salir, Marcelo intentó despedirse con un beso, lo cual me hizo reaccionar con violencia ante tanto cinismo y le di vuelta la cara de un cachetazo.
Estaba siendo injusta en cierta medida, ya lo sé, pues recordaba que muchas veces pude detener todo y no lo hice, la estaba pasando muy bien.
Tenga o no sustancias en el cuerpo, me acuerdo que lo disfruté y eso mismo me daba bronca, pero no iba a castigarme a mí misma, así que él fue el foco del problema según mi falso moralismo. Incluso culpé a mi marido por tenerme abandonada.
Cuando subí al auto de Andrea le pedí que no me llevara inmediatamente a mi casa. Necesitaba más tiempo para ordenar las ideas, armar una coartada y tratar de salvar mi matrimonio. Además necesitaba que me revise una persona de confianza pues me molestaba muchísimo el ardor de culo.
No quise adelantar nada y solo al llegar a su casa comencé a contarle lo que recordaba de la noche pasada. Ella me miraba con los ojos a punto de salirse… y los abría cada vez más a medida que transcurría mi relato.
No pude evitar sollozar en ciertos momentos, aunque con ella no pude ser tan negadora y mentir que había disfrutado casi todo.
- Y ahora debo pensar cómo salir de esto. No sé qué hacer. Temo que llegamos a un punto donde ya es insalvable la situación. Intentaré inventar algo para que Augusto (mi marido) no me eche a patadas de la casa por adultera. – le expresé confundida. – Pero ahora necesito que me revises… me arde mucho, temo tener dañado… me da mucha vergüenza, pero me molesta mucho más…
- Claro, sácate la ropa en el dormitorio, mientras voy por una crema que tengo. – me contestó socarrona ella.
Me saqué el pantalón y la braga y me tumbé culo para arriba en la cama.
Cuando llegó ella me colocó un almohadón bajo el vientre para elevar mis caderas. Luego con cuidado me abrió las nalgas y exclamó:
- ¡Pero mirá como te dejaron el culo, nena! ¡Está todo rojo! – y se reía la ...