- - las hermanas de mi ex - la pequeña ii - Relatos Eróticos

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... fuertes.

Yo- No duele mucho más que una buena paliza, piensa que nosotros hemos estado jugando, te he dado con una rama de rosal, si te zurro más fuerte se rompe, porque no es muy dura, o unas chanclas, en fin, cosas cotidianas. Con una buena fusta o unos retallos de olivo, la cosa hubiese cambiado bastante, pero fue todo tan de repente, que todo ha sido improvisado. Pero veo que tienes muchas aptitudes que desconocías. El matrimonio jode todo, os empoderáis y dejáis de ser vosotras mismas, una pena. Fíjate los años que podías llevar gozando.

Pepi- Eso es verdad, pero también vosotros os acomodáis y no nos prestáis atención.

Yo- No, vosotras sois las que empezáis a decir que no, aunque os apetezca, para marcar quien manda. O tu no le has dicho a tu marido que no folladas, aunque te apetecía, porque no había hecho algo en la casa. Tu hermana a mí sí, muchas veces y luego lo que hacía no lo veía. Pero bueno que nos vamos del tema. Que te apetece que te haga esta noche, una parte te dejo elegir, luego lo complementaré con algo mío

Pepi- Lo que más me gusta es que me folles el coño, pero estoy descubriendo que cuando me das por el culo, me corro más veces, pero voy a seguir con lo clásico, te hago una mamada de las buenas, para ponerte en forma y me hechas un buen polvo, mientras disfrutas de mis tetas como tú quieras.

Yo- Ok, atare tus tetas, te colgaré algo de los pezones y te iré dando hostias en la cara y las tetas. Luego una mamadita, pero bien hecha y no te soltaré las tetas hasta que acabes.

Estábamos tirados en el sofá y viendo la banqueta de la cocina se me ocurrió.

Yo- Bien, puta, hazte una paja dedicada a mí, quiero escuchar cómo te animas para correrte.

Puso una cara rara, es evidente que no esperaba ese tipo de petición, pero se quitó la camiseta, las bragas y sentándose en el borde de la banqueta y abriendo bien sus piernas comenzó a pajearse.

Seguía tirado en el sofá, viendo el espectáculo, la muy puta se calentó enseguida, se metía tres dedos, retorciendo y estrujando una teta, mordiendo de vez en cuando su pezón, tardó como 10 minutos en correrse, luego hizo amago de dejarlo, pero

Yo- Sigue, córrete otra vez, y no pares, ya te avisaré

Y siguió pajeándose, tuvo tres orgasmos más, hasta que la ordene que se lavara las manos y preparase algo de cenar, yo tenía un empalme de la hostia, no la dejé que se vistiera y la seguí hasta la cocina, mientras ella trasteaba preparando algo de comer yo busqué la cesta de las pinzas y cogiendo cuatro me acerque por detrás y cogí un pezón, lo estruje y estire, colocándole dos pinzas en "v" , continuando con el otro la misma operación, luego cogí cuatro pinzas más y las puse con las otras, se quejó un poco, pero poco. Volvimos al comedor a cenar, la deje que se pusiera las bragas, pero nada más, cenamos

Yo- Ven que te voy a atar las tetas, después lámeme un poco los huevos y chúpame la polla.

Se acercó y la di cuatro vueltas en cada teta y cuatro en las dos, se ...