1. Quería, pero estaba asustado.


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... había gozado como nunca, pero… temía que no me dejaran marchar y me fueran a hacer algo más.
    
    Al ver lo nervioso que seguía estando, el gitano que me había metido a la casa okupa para follarme se acercó a mí y mientras me acariciaba el culito, me iba tranquilizando. No te asustes que no te vamos a hacer nada, solo queríamos follarte y no puedes negar que te gustó, seguro que tú, también lo estabas deseando. Ya verás como cuando estés en tu casita y recuerdes lo bien que te lo hicimos pasar, vas a querer que te sigamos cogiendo, ya verás como vuelves para que te volvamos a preñar este rico culito que tienes.
    
    Diciéndome aquello a la vez que no dejaba de acariciarme el culo, pringado y con el culito repleto de semen, salí de allí, marchándome para casa.
    
    Dios, iba temblando y todo nervioso, aún llevaba semen por la cara y pelo que me iba limpiando con la manga de la sudadera, menos mal que era noche cerrada y no se veía a nadie por la calle, porque con la pinta y olor a semen que llevaba, era muy claro lo que había hecho, bueno más bien me habían hecho aquellos 3 machos.
    
    Nada más llegar a casa, ya fui directo para el baño, menos mal que mis padres estaban ya en la cama y no vieron la pinta que traía. Me metí en la ducha y luego de lavarme bien lavado, eché la ropa a la lavadora y me fui para la cama.
    
    Aquella noche apenas pude dormir, mi cabeza no dejaba de darme vueltas, no podía de dejar de pensar en aquellas pollas y lo mucho que me habían hecho gozar. Al principio estaba asustado por lo que me iban a hacer, pero la verdad es que la follada que me habían dado me había gustado, me había gustado mucho y no podía dejar de pensar en ello.
    
    Al día siguiente cuando me levanté y fui al baño, el empalme que tenía era de campeonato, todavía mi cuerpo se estremecía del gusto que me lo habían hecho pasar aquellos okupas.
    
    Durante varios días no pude dejar de pensar en todo lo que me había pasado, cada vez que me acordaba, me excitaba y ponía muy caliente. Tanto era la excitación que sentía que al quinto día no pude resistirme más y armándome de valor, volví a pasar por aquella calle donde estaban los okupas y donde me habían dado aquella tremenda follada. Por la tarde me preparé, luego de ducharme y preparar mi culito para volver a ser follado, me volví a vestir con la misma ropa, me puse el pantalón del chándal sin nada debajo, luego me puse la sudadera, metí un poco de papel higiénico en el bolsillo del chándal, no quería volver todo pringado como la otra vez, y luego de calzarme las deportivas, salí de casa. Iría a dar primero una vuelta para hacer algo de tiempo, no quería ir muy pronto, quería que anocheciera algo, aquello me daba algo más de confianza, pues, aunque estaba deseando que me volvieran a dar por el culo, el ir allí, me daba muchísima vergüenza, no quería que me tildaran de maricón, aunque en el fondo bien sabía que las pollas me gustaban, me gustaba que me dieran por el culo y me preñaran de lechita caliente, no lo podía ...
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