Terapia de grupo 8 - Relatos Eróticos

Terapia de grupo 8

... incapaz de recibir órdenes y mucho menos de ejecutarlas, el cerebro sigue bloqueado por el placer. Así se tiran un tiempo indeterminado (ninguno de los dos sabría decir cuánto) hasta que al fin pueden reaccionar. Entonces se asean como pueden con las toallas que hay, se visten y se van cogidos de la mano. No hablan, simplemente cuando llegan a casa se vuelven a quitar la ropa, se dan una ducha y se ponen otra vez a follar en su cama.

Es un edificio grande, de los que ocupan toda una manzana en la zona más destartalada del barrio. A pesar de sus dimensiones no hay demasiado movimiento, ni en los portales, ni en el sótano. Se trata de un edificio viejo, mal mantenido y sucio, en una manzana que linda con el polígono industrial. No es de los lugares que a Carmen le gustaría frecuentar pero tiene dos cosas que le gustan: la primera es que es un sitio discreto, con varios accesos, donde puede pasar desapercibida y tiene opciones de huida si las cosas se ponen feas. La segunda es que alquilar allí una cochera con trastero es barato y no requiere papeleo. Unos billetes en mano y ya tiene el local sin necesidad de firmar contrato. El dueño, si le pones encima de la mesa seis meses por adelantado no hace preguntas y no te mira a la cara. Es más, promete olvidarse de ella hasta el próximo pago. La parte mala es precisamente esa, la pasta, ahora mismo se encuentra boquerona. Está adelantando un dinero que le supone rascar los últimos ahorros que le quedan. Si la pillan no va a tener ni para abogado.

Mejor no pensarlo, ahora está en la fase más delicada del plan donde todo tiene más posibilidades de irse a tomar por el culo y donde más expuesta quedaría. Si todo va bien, una vez que empiece a hacer dinero el tema tomará otro color. Cuando las cosas se tuercen no es lo mismo tener una buena bolsa guardada que estar con una mano delante y otra atrás. Si tiene que acabar en la cárcel, acabará, pero por lo menos que a sus hijos y a su madre no le falte de nada. Lo mismo vale si la película funde a negro y lo que puede salir mal sale peor. Si alguien le pega un plomazo en la cabeza y la hacen desaparecer, pues eso que se ha buscado, pero que nadie haga daño a su familia y esta pueda salir adelante.

Deja el coche en la plaza en garaje. Todavía usa su vehículo pero cuando empiece todo el jaleo acudirá andando. Siguiendo cada vez una ruta distinta, entrando por un acceso diferente en cada ocasión, asegurándose de que no la siguen. Una vez pongan el foco sobre ella todo se va a complicar, así que se plantea que quizás no sería mala idea que su primo se subiera a echar una mano, cuando cobren las primeras entregas y disponga de dinero en efectivo para buscarle un alojamiento. Hasta que esto pase, necesita colocar dos o tres paquetes fuera del cuartel general. Si interceptan alguna entrega, que no la lleve directamente a donde está el alijo principal.

Apenas a veinte metros de donde ha aparcado el coche llega a una puerta metálica. Tiene que alumbrarse con ...