1. Terapia de grupo 8


    Fecha: 29/06/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: ant5cont, Fuente: TodoRelatos

    Alex está feliz: quiere a Inma con todo su corazón, no hay otra chica como ella. Desde hace un tiempo ni siquiera se fija en las demás, casi nunca se le va la mirada a otras mujeres, simplemente no le ponen porque sabe que no hay ninguna de la que esté enamorado como lo está de Inma, y también, sabe que probablemente ninguna otra le complacería tanto como lo hace ella. Todavía se sorprende de cómo han ido encajando las piezas en su relación. Cualquier otra novia lo hubiera considerado un depravado, un loco, pero ella no, se entienden como si fueran gemelos. Su relación especial (peculiar que dirían otros) ha alcanzado ya casi la excelencia. Recuerda como iniciaron el camino.
    
    Hace ya tiempo de aquella noche en que se derramó en un intenso orgasmo en su coche, mientras ella lo masturbaba a la vez que le narraba el lote que se dio con su primer novio, Javi. Fue un punto a la vez de inicio y también de no retorno. Algo cambió esa noche y los dos lo percibieron. La cosa se podía haber torcido, pero no, Inmaculada demostró una vez más ser su complemento, la persona que le entendía casi tan bien como él mismo. Temió que ella lo considerara un consentidor de manual, de los que disfrutan viendo a su mujer con otro por simple y puro placer masoquista. No era sentirse cornudo lo que lo excitaba, ni tampoco el que lo sometieran o lo denigraran. Era ver lo que más quería entregado, sucio, salpicado por la esencia de otros. Él mismo tardó en identificar su parafilia. Uno tarda en conocerse y a veces los mensajes son confusos. Claro que se dio cuenta que le excitaba especialmente correrse encima de Inma, en su vientre, en sus pechos, en su cara, en su boca o en su sexo. Verla así, manchada, con su semen adornando su piel o goteando de sus orificios, le transmitía un enorme placer que él creía asociado al sentimiento de unión que tenían e incluso al de posesión: allí había una chica guapa, hermosa, inteligente y era su novia. Por eso se sintió perturbado cuando vio que el morbo crecía al imaginársela haciendo lo mismo con otros, al saber que había hecho lo mismo con sus ex. El placer, ese oscuro objeto de deseo, nos incita y nos hace saltar abismos, como el que separa la lógica y las convenciones sociales de nuestros impulsos más íntimos.
    
    Alex no sabía cómo de hondo nacían esas fantasías que tenía para que no pudiera esquivarlas ni reconducirlas, pero así era. Al final acabó echándose en sus brazos porque: ¿qué hay de malo en imaginar?; y de ahí a que te cuenten; y de que te cuenten a ponerlo en práctica si los dos están de acuerdo, porque aquello no supuso un drama, un choque, sino que fue algo que poco a poco encajó suavemente en su relación de pareja. Inma recorría su mismo camino acompañándolo y adaptándose, mientras comprendía que él disfrutaba así y que eso repercutía en una superior conexión, en más diversión y por supuesto en mejor sexo.
    
    Claro que hubo algunos momentos de tensión y de duda. El principal fue aquel en el que desatados y en pleno ...
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