1. Terapia de grupo 8


    Fecha: 29/06/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: ant5cont, Fuente: TodoRelatos

    ... precisamente porque le parece el menos apuesto de todos. No quiere malentendidos, ni que su novio pueda pensar que hay algo más que sexo detrás de todo este asunto. No acaba de tener muy claro que aquello vaya a salir bien, así que prefiere no añadir el ingrediente de los celos a aquel guiso tan extraño. Simplemente una verga detrás de la pared, mejor dejar las cosas así, por lo menos la primera vez. Solamente un juguete sexual, un trozo de carne o un consolador pero más realista, para disfrutar con sus fetiches.
    
    El hombre no espera demasiado: lo tiene claro y pronto su pene asoma por el agujero. Todavía está semiflácido pero es una polla grande y gorda. Ellos se miran y les da la risa. Dejan salir sus nervios en forma de carcajadas contenidas. Inma toma finalmente la iniciativa: el hombre se impacienta, no sabe si se están cachondeando de él o qué es lo que pasa al otro lado. Toma la verga con las manos y empieza a masajearla suavemente. El falo va adquiriendo dureza y no tarda mucho en levantarse enhiesto, apuntando hacia el techo. Inma lo mira absorta viendo como con cada movimiento de su mano descapulla y sobresale un glande gordo y brillante. La tiene agarrada por la base y puede tocar los huevos depilados y gordos que cuelgan como dos bolas de billar. Siente el impulso de acariciarlos y lo hace con la otra mano, advirtiendo como aquel tipo de más de un metro ochenta de altura se estremece de gusto al pasar los dedos por detrás, cerca de su ano.
    
    Aquello está resultando interesante, piensa mientras no puede evitar notar un cosquilleo en la tripa y en su bajo vientre. Se quita el top y queda con los pechos al aire. La simple visión de su piel blanca y sus tetas al lado de aquella polla hacen que a Alex se le pongan los ojos vidriosos. Asiente con la cabeza invitándola a seguir. Ella se arrodilla y utiliza la verga para golpear sus pezones e incluso la pone entre sus pechos. El chico no puede evitar llevarse la mano a la entrepierna y comprobar la tremenda erección que tiene, cuando unas gotas de líquido translúcido quedan entre los pechos de Inma.
    
    El tipo mueve las caderas y la polla entra y sale como un pistón frotándose contra las tetas. Inma la coge ahora con las dos manos. Puede comprobar que en erección tampoco es tan larga, quizá dos o tres centímetros o más que la de su chico, calcula, pero es gorda, mucho más gorda, casi el doble de diámetro. La intimidad que les da el tener una mampara por medio le permite concentrarse en disfrutar también. Después de unos años tiene otra verga distinta entre sus manos y eso la excita porque no le crea ningún sentimiento de culpabilidad, al fin y al cabo es lo que su novio quiere. La preocupación por cómo les puede afectar parece haber quedado atrás, los dos están en un momento de subidón y todo parece ir sobre ruedas. Ya veremos más adelante cuando el polvo se asiente y empiece a funcionar la cabeza.
    
    Percibe como el masaje de dos manos va teniendo su efecto. El hombre se estremece, nota ...
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