1. Entregué mi virginidad en el metro de madrid


    Fecha: 28/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Sari19, Fuente: TodoRelatos

    ... ser consciente de que lo hacía, la separé y el deslizó su pene metiéndolo entre mis piernas.
    
    Lo que estaba ocurriendo era nuevo para mí y no sabía si exigirle que parara o rogarle que continuara, porque las sensaciones que estaba sintiendo eran extrañamente placenteras.
    
    Apartó con la mano la braguita y deslizó el glande por mi hendidura, al notar el calor de su miembro en contacto con mi piel y el vello que lo cubría rozando mi ingle, mi excitación me obligó a sujetarme de nuevo en la barra.
    
    - ¡Ábrete un poco más, bonita!
    
    Me susurró al oído acariciando mi pecho.
    
    Y lo hice. Separé la pierna lo poco que podía y el empujó su pene introduciéndolo ligeramente en mi sexo. Noté como mis labios vaginales se abrían y su dureza penetraba ocupando parte de mi vagina.
    
    Va a hacerme daño- pensé – Era mi primera vez y podía ser muy doloroso.
    
    Mi sentido común pareció despertar de repente y sacudí mis caderas para apartarle.
    
    - Déjame, por favor. – dije tan bajo que ni yo misma pude oírme.
    
    Pero en lugar de atender mi ruego, pegó sus labios a mi oído y susurró de nuevo.
    
    - No seas tonta. Verás como vas a disfrutar.
    
    - Sus palabras me trajeron recuerdos de mi tía. “en cuanto tengas la primera oportunidad…. ¡A saco!”
    
    Y me quedé inmóvil mientras él empujaba de nuevo sus caderas avanzando en su esfuerzo por penetrar mi sexo.
    
    - Asíii, ves que bien. Déjate hacer, no seas tonta.
    
    Cerré los ojos y respiré profundamente, su mano había desabrochado el sujetador y sus dedos acariciaban mi pecho desnudo. Miré hacia abajo y vi como su mano se movía atropelladamente bajo mi blusa tocando mis pechos y pellizcando sin cuidado mis pezones.
    
    - Ummmmm. Despacio. – le pedí –
    
    La situación en la que estábamos era muy comprometida y él disimulaba cuanto podía para no llamar la atención.
    
    El metro se detuvo en una parada y abrí los ojos, frente a mí, y a través de la ventana, un hombre que esperaba en el andén miraba excitado lo que estábamos haciendo.
    
    La vergüenza me hizo cerrarlos de nuevo y pedí a mi acosador que parara aunque sólo fuera un momento.
    
    Sentí como la sacaba de mi sexo y se retiraba ligeramente, me ajusté rápidamente la minifalda y pensé que al bajarse la gente y quedar el vagón casi vacío desistiría de su empeño. Por primera vez pude ver quién estaba robándome la virginidad, se trataba de un hombre maduro de unos 55 años, de mi altura y muy bien vestido. Al ver como le miraba me sonrió.
    
    Para mi sorpresa, una nueva oleada de pasajeros entré en el vagón empujándonos hacia el fondo. El hombre cogió mi mano para llevarme a la esquina del vagón, y yo le seguí sin oponer ninguna resistencia.
    
    Cuando la gente abarrotaba ya el vagón, el hombre hizo que me girase hacia la ventana para darle la espalda y se pegó a mí susurrando.
    
    - Ahora vamos a terminar lo que hemos empezado.
    
    Metió de nuevo la mano bajo la falda y apartó mi braguita, su pene rebotó contra mis glúteos y me pidió que separase las piernas. Lo hice, y de ...