1. Entregué mi virginidad en el metro de madrid


    Fecha: 28/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Sari19, Fuente: TodoRelatos

    ... contacto mi cuerpo se estremeció. Lo que estaba sintiendo era algo asombroso, pasaba las yemas de los dedos a lo largo de la hendidura de mi sexo y un sofoco inexplicable hacia que mis piernas temblaran y una sensación de humedad impregnara mi braguita.
    
    Sin saber por qué, en pocos segundos sentí que me acaloraba y mi respiración se transformó en jadeos que era incapaz de controlar.
    
    Metí los dedos bajo la braguita y los deslicé por el surco de mi vulva, noté como se empapaban con mi flujo y eso me produjo una extraña y placentera sensación. Pero necesitaba probar en mis carnes lo que mis compañeras decían que sus chicos hacían con ellas, quería saber qué se sentía al tenerlos dentro.
    
    Coloqué dos dedos a la entrada de mi vagina y la penetré con ellos comprobando que no me dolía. El calor que sentí en ese momento me hizo fantasear que era un chico quien lo hacía. Empecé a moverlos lentamente dentro de mi sexo y mis caderas parecieron tomar vida propia, se movían con ellos dentro mientras yo aplastaba la almohada contra mi boca para no chillar por el placer desconocido que estaba sintiendo.
    
    Notar el calor y la presión de mis paredes vaginales comprimiendo mis dedos, era algo imposible de describir. Cuando vi que la intensidad del placer me desbordaba, mordí la almohada con fuerza y me masturbé sin parar hasta notar como mi cuerpo se tensaba y una ola de calor recorría todo mi cuerpo.
    
    Con mis dedos aún penetrando mi vagina, y aguantando a duras penas los gemidos, cruce las piernas apretándolas con fuerza. En ese preciso momento empecé a temblar sin control y a disfrutar del primer orgasmo de mi vida.
    
    Esa noche lloré pensando que lo que acababa de hacer era pecado y me llevaría al infierno, y decidí no repetirlo nunca más.
    
    A partir de entonces mi rutina consistió en ir de casa al colegio y del colegio a casa, y los fines de semana estudiar y visitar a mi familia acompañada de mis padres, nunca tuve una actividad en pandilla, porque nadie me invitó a hacerlo, ni un chico que me mirase con ternura o me dijese algo bonito.
    
    Después fui a la Universidad y desgraciadamente me ocurrió lo mismo, veía a las chicas ligar pero a mí nadie se acercaba.
    
    Todo cambió cuando cumplí 19 años, ese día vino de visita mi tía, que también era mi madrina, y volvía de vacaciones a España después de pasar 14 años en EEUU.
    
    Al ser mi mayoría de edad había decidido venir para celebrarlo conmigo y así recuperar todos los cumpleaños que se había perdido.
    
    Cuando me vio se quedó sorprendida y no precisamente para bien. Echó la bronca a mi madre por mi aspecto descuidado y me prometió darme un cambio radical.
    
    Me llevo a una óptica para que me graduaran la vista y me pusieran lentillas.
    
    - Esto es una tontería, tía. – dije-
    
    Pero no prestó atención a mis palabras y me obligó a hacerme las pruebas para quitarme, según ella, “las odiosas y feísimas gafas que llevaba”.
    
    Unos días después me llamaron de la óptica y fuimos a recogerlas.
    
    Esa misma ...
«1234...10»