1. La Doncella (II): El Pozo Negro


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Baron Ashler, Fuente: TodoRelatos

    ... más.
    
    ¿Qué?
    
    Esta tarde echarán a suertes el orden…
    
    ¿Qué?
    
    Los guardias… cuando llega una nueva sortean el orden en que se la follarán. Fíjate, están todos alborotados. Han visto tu piel color de porcelana, tus ojos verdes y tu pelo trigueño… Tus pechos son jugosos, esa venda no lo oculta. Tu culo y tus muslos son firmes. Por mucho que escondas el coño y los pezones, se te ve todo. Esta noche harán cola… Ramona no les deja armarla por el día. Son ocho y todos son como cerdos.
    
    Los soldados que vi ayer arriba no me parecieron tan malos -digo ingenuamente.
    
    Tú lo has dicho, esos son soldados, su misión es defender el fuerte. No bajan aquí… Los guardias son distintos. Les dan un palo en vez de una lanza. Su trabajo es que no salgamos de aquí. Y saben que a nadie arriba le va a importar como lo hagan ni lo que ocurra aquí abajo.
    
    Sigo hablando con esta mujer mucho tiempo. Sobre todo habla ella. Me cuenta como es la vida aquí… Más bien la muerte en vida. También me cuenta su historia. Se llama Simona. Servía en la residencia de un barón de avanzada edad. Llegó a ser ama de llaves. Según su propia confesión consiguió ese puesto durmiendo con su amo. Sí, eso la convierte en puta, según ella misma. Cuando el señor murió, un joven sobrino heredó todo. Ella confiesa que intentó lo mismo con el nuevo señor, pero éste se fijó en otra sirvienta más joven. La nueva ama de llaves. Ella se despidió, pero la descubrieron saliendo del palacio con joyas escondidas. Estuvieron a punto de ahorcarla. El nuevo señor la “perdonó” y eso hizo que la trajeran aquí… No fue hace mucho pero ella no sabe cuántos días han pasado. Aquí todos pierden la noción del tiempo. Sólo recuerda que era el pasado invierno y que lo pasó muy mal durmiendo y viviendo desnuda y a la intemperie. En invierno, los guardias dan mantas a los presos, si no morirían todos. De todas formas, algunas compañeras de infortunio aparecieron muertas por la mañana. En cierto modo tuvo suerte de que, casi todas las noches, algún guardia la llevara a las mazmorras del muro para penetrarla por las buenas o por las malas. Ella piensa que es mejor no resistirse, lo contrario suele terminar en desastre.
    
    Las puertas oscuras que vi en el muro son mazmorras… Eso me ha dicho. Algunas son usadas como almacenes o como habitáculo para los guardias. Pero las otras las usan como celdas de castigo para presos rebeldes. Y como lugar a donde llevar a las presas por la noche.
    
    Con el sol arriba en el cielo y un calor horrible bajo los toldos nos trajeron la “comida”. Los guardias se limitaron a arrojar trozos de pan duro en el suelo. También llenaron varios cubos de agua. Al verlos llegar aquella masa informe de miseria humana comenzó a moverse a toda velocidad. Conté hasta diez seres espectrales, arrastrándose como animales hacia la comida. Todas debieron ser mujeres normales pero ahora estaban en un estado lamentable. Dominga se unió a aquella jauría humana donde cada una luchaba por comer antes y comer ...
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