1. La Doncella (II): El Pozo Negro


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Baron Ashler, Fuente: TodoRelatos

    ... calor que noto al entrar me indican que es una forja. Sí… al llegar nos recibe un hombre rudo con mandil de cuero. Un herrero.
    
    ¿Nueva prisionera? -pregunta el hombre.
    
    No, una dama de la corte que viene a buscar sus joyas -dice Ramona con sorna.
    
    Voy a ver si tenemos brazaletes para ella…
    
    Muy bien, muñecas y tobillos… Completo -sigue Ramona.
    
    No puedo más que estremecerme al entender que me iban a encadenar de pies y manos. El hombre se pone a buscar en varias cajas grandes de madera. Vuelve con lo que es, indudablemente, un par de grilletes unidos por una cadena corta. Parece que el eslabón central está unido a otro tramo de cadena más largo… Puede que esté pensado para unir a los presos a una bola o a una pared.
    
    He cogido los más pequeños, creo que son la talla justa de nuestra dama. Sólo queda un juego de este tamaño -dice el hombre.
    
    Pues tendrás que preparar más, no vaya a ser que nos lleguen más enanas -dice Ramona.
    
    Mi mente le contesta: “No soy enana, pero tampoco una yegua salvaje como tú”... Afortunadamente, no abro los labios.
    
    Cuando se acerca el herrero, el soldado me sujeta desde atrás. Me obliga a arrodillarme, no me puedo resistir. El herrero se coloca pegado a mi espalda, el soldado me sigue sujetando. Cierro los ojos… querría estar en otro lugar. Oigo al tipo prepararse. Sus movimientos son bruscos, ruidosos. Oigo un horrible tintineo de cadenas. Noto algo alrededor de mi tobillo derecho. Sé lo que es, no quiero creerlo pero lo sé… ¡¡¡Ayyy!!! Ahora el metal arde… Oigo golpes, siento los golpes… Son como un terremoto, me hacen temblar como un junco. Agua, ahora siento agua caliente, el metal enfría un poco, ya no quema pero sigue estando caliente.
    
    Ahora, siento el grillete en el tobillo izquierdo. Abro los ojos… Por una extraña razón, ahora quiero ver. Intento girar la cabeza. El soldado no me deja.
    
    Déjala mirar, no importa -dice el herrero.
    
    Déjala -ordena Ramona.
    
    Me deja… sigue manteniendo mi cuerpo en la misma posición pero me deja girar el cuello. Veo el grueso brazalete de hierro rodeando mi tobillo. El herrero mete unas pinzas en un cubo con brasas, extrae lo que parece un remache caliente al rojo. Lo coloca en el cierre del grillete… ¡¡¡Quema!!! ¡¡¡Ahhh!!! Golpea con un gran mazo. El remache entra y se aplasta al mismo tiempo. Eso cerrará el grillete para siempre… Ahora vuelca un jarro de agua sobre el remache… Una nube de vapor inunda todo. Siento el agua caliente. El metal deja de quemar pero se sigue notando el calor.
    
    Ahora se acerca Ramona. Comienza a manipular mis ataduras.
    
    ¿Por qué perder tiempo desatando los nudos, se puede cortar?
    
    No hay por qué estropear la cuerda. Con esta escoria no hay que gastar recursos.
    
    ¡¡¡Ayyy!!! Siento mis manos libres. Sigo de rodillas. Al menos puedo masajear mis muñecas un poco.
    
    ¿Qué? Ramona está desatando mi corpiño…
    
    Aquí no necesitas estas ropas finas. Las aprovecharemos mejor.
    
    Me quita el corpiño y luego la camisa. Ahora estoy ...
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