Incesto en medio del monte
Fecha: 21/06/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos
... gemido que le oí durante toda la paja. Al acabar de correrse, me miró. Sonriendo de nuevo, se quitó los dedos mojados del coño, los chupó y subiendo la cremallera, me dijo:
-Me acabas de dar un delicioso orgasmo.
-¡¿Yo?!
-Sí, en ti fue en quien pensé.
Descarada era un rato largo.
-Tienes una jeta...
-¿Te has calentado al verme?
Le mentí.
-Ni un poquito.
-No te creo. Seguro que estás mojada. ¿Te masturbarás pensando en lo que te he dicho y en lo que has visto?
Ya estaba demasiado caliente. Necesitaba tocarme y fantasear con Jacinta.
-Va a ser mejor que te vayas.
-¿Vas?
-No.
-Di que sí.
-¿Para qué quieres que diga que sí?
-Para volverme a masturbar esta noche pensando que fantaseas conmigo.
Le dije lo contrario de lo que pensaba de ella:
-Cuanto más te conozco menos me gustas.
Se puso en pie y me miró.
-¿No te parezco bonita?
¿Bonita? Era bella a rabiar. Sus ojos tenían el color del mar, su cabello rubio y rizado le caía en cascada sobre sus tetas medianas, sus piernas eran largas y moldeadas, sus caderas manejables, su cintura fina y su culo pequeño y redondo. Le respondí:
-Sabes que eres preciosa.
Puso morritos.
-Anda, hazla, por fa.
-A ver, bonita, a ver, si no te he entendido mal quieres que me masturbe para esta noche, hacerte otra paja pensando en mí. ¿Es eso?
-Sí, es eso.
-¿Y no quieres verme desnuda para saber lo que comes?
-¡Sí!
Vino a mi lado con su silla. Le dije:
-Estaba bromeando.
Ella no bromeaba. Se sentó a mi lado, puso su cabeza sobre mi hombro y me dijo:
-Sería maravilloso, verte desnuda.
Jacinta olía a coño corrido. Este olor me excitó. Me entraron ganas de follar. La miré a los ojos y le pregunté:
-¿Si me hago un dedo y me corro, luego te vas?
-Sí.
Metí la mano dentro de las bragas y luego con dos dedos acaricié mi clítoris. Jacinta me puso un dedo en el mentón, me dio tres picos y luego metió la mitad de la legua en mi boca. A continuación lamió mis labios y después me metió toda la lengua dentro de a boca y jugó con mi legua. Lo hizo todo muy despacito, tan despacito lo hizo que al acabar de besarme ya estaba a punto de correrme. Mirándome a los ojos, me preguntó:
-¿Me dejas que te haga el amor?
Me hice la remolona.
-Habías dicho que si hacía una paja te ibas.
-Mentí. Deja que te haga el amor.
Sabía que no iba a desistir hasta que me follara, así que me seguí haciendo la remolona.
-No, solo verás cómo me hago una paja... Además José puede llegar en cualquier momento,.
-Juégatela.
-Mira, bonita, a mí me gustan los hombres.
-Prueba con un mujer.
Me volvió a besar. Su lengua era tan fresca y traviesa que la mía la buscó para frotarse en ella, y al rato pasó lo que nunca pensé que pasaría, correrme estando con una mujer, y como era costumbre en mi, exclamé:
-¡Me corro!
Al acabar de correrme, Jacinta, se puso en pie, quitó la camiseta y vi sus firmes tetas con areolas claritas y pezones ...