1. Incesto en medio del monte


    Fecha: 21/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... pregunta?
    
    -Julia. ¿Sabes si ha traído jabón perfumado?
    
    -Sí, ha traído jabón y muchas cosas más.
    
    No voy a pararme en contaros que cambió mi cuñado, ni porque, pero todas se fueron contentas y volvieron con más cosas para cambiar por otras mientras estuvimos allí.
    
    Por la tarde, mi cuñado se fue a dar un paseo por el monte y me dejó sola en casa. Llamaron a la puerta y me encontré con una muchacha que vestía un short rojo, una camiseta blanca y que calzaba unas zapatillas de deporte rojas. No creí que llegase a los veinte años, era flaca y preciosa. Me alarmé. José me había dicho que la mujer más joven de la aldea tenía 70 años. ¿Sería una bruja? Con recelo, le pregunté:
    
    -¿Qué quieres?
    
    -Saludarte. Mi nombre es Jacinta y también paso unos días en la aldea.
    
    Se me pasó el susto.
    
    -Creí que eras una bruja.
    
    Sonriendo, me preguntó:
    
    -¿Has visto a alguna bruja en short?
    
    -Ni en short ni sin él.
    
    La mandé pasar y la invité a un vino. Charlando me dijo que había venido con un amigo de mi cuñado, que este le había dicho que lo esperara un par de días, pero que ya llevaba un mes esperando y que no había vuelto a buscarla.
    
    -...Como te lo acabo de decir, un mes esperando por él, menos mal que la gente de esta aldea es muy generosa y nunca me faltó de comer ni de beber.
    
    -¿El que te trajo aquí es tu novio?
    
    -No.
    
    -¿Es un hombre casado?
    
    -Eso que más da, digamos que es un follamigo.
    
    -Entiendo. Algo le pasaría.
    
    -Tu marido debe de saberlo.
    
    -Le preguntaremos a José cuando vuelva. En cualquier caso, si no regresa, puedes volver con nosotros.
    
    -Gracias, eres muy amable.
    
    -¿Y qué has hecho todo un mes para no aburrirte?
    
    -Por el día pasear y hablar con la gente. Lo duro fueron las noches. Hubo noches en que mataría por un beso mientras me hacía el amor a mi misma.
    
    -Sé lo que es eso.
    
    -¿También te masturbas? ¿José no te atiende?
    
    -No quiero hablar de eso.
    
    Comenzó a seducirme.
    
    -¿Eres más de acariciar el clítoris o de meterte los dedos?
    
    -Esas son cosas muy íntimas.
    
    -Yo hago las dos cosas.
    
    Metió su mano derecha debajo de la mesa. Sentí como bajaba la cremallera del short, vi como cerró los ojos, como bajó la cabeza y luego vi como su brazo se movía al darse dedo. Me quedé tan sorprendida de su comportamiento que guardé silencio. Bebí un trago de vino y me quedé mirando para aquella belleza. Era extrañísimo que una joven a la que acababa de conocer se atreviera a hacer lo que estaba haciendo delante de mí, pero allí estaba, tocándose, abriendo lo ojos de cuando en vez, para mirarme, sonreírme y luego volver a lo suyo. Pero si eso era extraño, más extraño era que a mí, que nunca me había atraído ninguna mujer, me entraran unas ganas locas de mastrbarla, de comerle la boca, las tetas, el coño, de comerla viva. y de que ella me comiera viva a mí. Sabía que era lo que buscaba, pero no quise que supiera lo puta que soy... No tardó ni tres minutos en correrse, se corrió soltando un gemido, el único ...
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