Siempre se encuentra al indicado - Relatos Eróticos

Siempre se encuentra al indicado

... su trabajo de ingeniero con una firma de construcción civil. Me enteré de su vida y yo conté una partecita de la mía. Miré el reloj y había pasado mas de una hora y le dije que quería estar cuando Bego se despertara. Llegamos juntos y le dijo a la señora que fuese a comer a casa que “nosotros” estaríamos con ella.

Los colores volvieron a salir ante esa inocente ocurrencia. Le dije que para casarse la gente debe conocerse bien y solo hoy he visto a su padre.

Ambos reímos, él abrazo a su hija que tomó el libro de colorear y dijo, mientras coloreo provechar para conoceros. Sonó su móvil y se levanto y alejó un poco para escribir un mensaje. En ese momento pude detallarlo, alto, fornido, cabello castaño abundante y barba corta bien cuidada y de facciones muy varoniles. Me pareció guapo y más guapo que Roberto y Raúl. Con la niña coloreando, nos quedamos callados. Sentía su mirada que me detallaba y yo también con disimulo le veía también. Llegó el médico a ver a Bego. Y dijo que ya estaba bien, que le daba de alta y que siguiera hoy con dieta suave.

Llegué a casa y pensaba en la singular situación con Bego y su padre. No me desagradó, pero sentí como algo de incertidumbre. El primer paso de gustarse se había dado, me gustaba y sentí que yo le gustaba, como pareja física combinábamos en estatura y complexión. Pero es tan difícil conciliar parejas con hábitos y costumbres distinta, que hay que abrir la puerta, pero dispuesta a cerrarla si muchas cosas no van bien´

Dicen que los hombres son los que conquistan, pero creo que las mujeres también, así que me dedique arreglarme bien después de una buena ducha, lavado y secado de pelo, depilados de vellos indeseables y crema corporal. Juego de lencería fina y bonita, vestido negro corto y zapatos de tacón medio, maquillaje simple de ojos y labios. Aun no tengo alguna arruga que tapar.

Fui en mi coche para no sudar en el casi un kilómetro de distancia y por ser de noche. Al llegar, el piropo fue lindo:

Reímos la ocurrencia de la niña, pero en voz baja Antonio me dijo, brindo porque el deseo de mi hija pueda ser realidad. Hagamos el intento de conocernos. Me parece bien, dije.

Desde ese día comenzamos a frecuentar, comíamos y cenábamos en mi casa o en la de él algunos días de la semana, o casi todos, y los fines de semana salíamos de paseos a parques, pueblos y eventos infantiles. La pasábamos lindo y me encantaba la familia que parecíamos. De contacto físico, algunas veces me tomaba de la mano y de bienvenida y despedida los abrazos eran un poco distintos a los de dos simples amigo. Vinieron las vacaciones y el Ayuntamiento, preparó unas miniferias, previas a las ferias que eran a finales del verano. Asistimos de día con Bego y el viernes por la noche había baile en el polideportivo y Antonio me dijo de ir juntos sin Bego. Pasó a por mi en su coche y yo me había puesto un vestid largo color celeste, ajustado y abierto de lado y con la espalda libre y ligero descote que mostraba el ...