El video (II) - Relatos Eróticos

El video (II)

... otra vez, se desacopló, se levantó y ordenó al pasivo que se tumbara. Mientras Ricardo aún le follaba, Pedro espachurró su culo contra la boca del invitado, olvidándose de su polla unos instantes para centrarse ahora en una buena comida de ojete. Las lamidas y lengüetazos despertaron unos furiosos gemidos que no eran más que otra indirecta hacia su amigo, dejándole claro que aún contaba con poder de iniciativa y cierto margen de versatilidad.

Cuando minutos después los dos se colocaron de pie junto a la boca tragona del otro, estaban más preocupados en no correrse primero que en disfrutar de esos labios y esa lengua que les recorría los cipotes con una maestría envidiable y un encomiable aguante. «Puedo correrme cuando quieras», avisó uno. Y de esa manera se pusieron de acuerdo para descargar acompasados sobre la ávida boca del pasivazo. Sus chorros inundaron los labios y la lengua entre espasmos y jadeos roncos, afortunadamente ambos espesos, abundantes y blanquecinos para hacer las delicias de aquel tragón que, en el fondo, fue quien más disfrutó de los tres en aquel trance.