1. El video (II)


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Gays Autor: Fran, Fuente: TodoRelatos

    ... abundantemente en su cara.
    
    —Lo dejaremos en tablas —sentenció.
    
    Con una percepción de miedo en su fuero interno por la agresividad del joven, Pedro aceptó el empate. Incomprensiblemente, acabaron la noche apurando todas las botellas de alcohol del minibar y a la mañana siguiente se hicieron amigos.
    
    —¿Y si buscamos a una putita para los dos? —sugirió Ricardo.
    
    —Vale, pero encárgate tú, que yo estoy muy liado con los exámenes.
    
    No le costó más que un par de mensajes dar con la persona adecuada: un tío de treinta y pocos, alto, atlético, con cara de modelo —labios y cejas perfilados, mandíbula y nariz prominentes—, muy masculino y lo más importante: un culo de lo más tragón. No era el hombre perfecto, puesto que el tamaño de su polla quedaba por debajo de la media, pero con un suspensorio Pedro no tenía por qué saberlo y vería así cuál era el tipo de maromo que él solía frecuentar.
    
    A cuatro patas sobre la cama, uno le follaba la boca mientras el otro le petaba el ojal, a cada cual con más violencia, aunque Ricardo contaba con una ligera ventaja, y es que sabía cuál era el límite de esa putita y cuánto estaba dispuesto a tolerar. Por eso eligió la boca, pues follarse un culo no daba demasiado de sí. De pie en un extremo, le metía la polla entera hasta la garganta, la mantenía dentro y le apretaba por la barbilla y las mejillas para impedir que saliese el aire, empujándole por la nuca contra sí. Provocó arcadas, le escupió con desprecio en la lengua abriéndole bien los labios y le propinó varios pollazos que enrojecieron su rostro. Luego le sujetaba firmemente por los laterales de la mandíbula y le penetraba en un mete y saca impetuoso e implacable ocasionándole nauseas sin darle tregua para recomponerse. Todo ello ante la atenta mirada de Pedro, que disimulaba su asombro y casi admiración por ese niñato engreído mientras él se limitaba a romperle el culo con embestidas enérgicas sin tanta rudeza porque su postura arrodillado sobre el colchón no daba pie a mucho más. Cuando Ricardo se cansó estipuló que iban a reventarle el culo entre los dos. Se tumbaron boca arriba juntando los rabos lo máximo posible, tanto que sus nalgas se rozaron provocándoles una suerte de calambre que ninguno de los dos jamás admitiría. El tercero los agarró con una mano al tiempo que iba dejándose caer hasta clavárselos, engulléndolos con una facilidad que solo otorga contar con un ano dilatado a fuerza de pollones que habían ido sondeándolo. Cabalgó sobre las pollas tiesas casi fuera de sí, aunque comparado con la posición anterior aquello podría antojarse casi como una liberación, al menos para una boca que recibía algo de tregua. La polla más larga de Ricardo tomaba el control aventajándole en las embestidas, pero el rabo gordo del profesor se veía beneficiado al ser estimulado en toda su envergadura en parte gracias a la fruición de la polla de su amigo deslizándose por ella en su camino hacia el abismo. Por eso, poco dispuesto a ser el primero en correrse ...
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