1. ANGEL: EL BUEN VECINO


    Fecha: 22/05/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Hetero Sexo con Maduras Autor: Emma Rey Rey, Fuente: SexoSinTabues30

    ... salió en su camioneta ella bajó las escaleras y salió hacia la casa de su vecino, lo encontró inclinado sobre el motor de viejo Camaro y picó su costado con un dedo. Él giró, se había quitado la camisa y su pequeña barriga se veía sudada así como los vellos de su pecho.
    
    —Hola, Angelito. Mira que rico se ve eso, me gusta esta falda —dijo él mientras buscaba un trapo para limpiarse las manos, ella dio una vuelta sobre su eje para exhibirse—. ¡Wow! Hermosa. ¿Me vas a dejar verte como hace rato?
    
    —Sólo si tú me dejas ver —respondió ella, jugueteando con uno de sus lazos rubios, mordisqueando su labio inferior que tenía un brillo rosa pálido muy acorde a su tono de piel. Por instinto, Felipe se llevó una mano al bulto, aún muy duro.
    
    —Mira que caliente saliste, niña. Quítate esas bragas para mí, ¿sí?
    
    —¿Aquí? —preguntó, observando la cortina de la cochera aún abierta, aunque era un barrio tranquilo donde nadie aparecía casi nunca, le daba temor que alguien la viese.
    
    —Hazlo —sentenció él, cruzándose de brazos y apoyando las caderas en el capó abierto de su auto, sus ojos adultos la comían desde la punta de los pies manicurados en unas sandalias finas hasta la coronilla poblada de cabellos rizados. Angel se cohibió y obedeció, deslizando sus manos debajo de la falda y agachándose hacia el frente para arrastrar su tanga hacia sus tobillos. Si alguien pasaba por allí en ese momento, tendría la vista de su coño y de su ano cerradito, lubricados y listos para recibir atención. Se sacó la prenda y se la entregó—. Que rico —gimió él, llevándose las prendas a la nariz, luego a su bolsillo.
    
    La tomó de una mano y la haló hacia sí, envolviéndole la cintura con un abrazo y la mano libre la inmiscuía debajo de su falda para cogerle una nalga. Sus bocas podían sentir el calor y la cercanía del otro, a pocos milímetros de tocarse, un adulto con una chica muy joven, haciendo lo que se le daba la gana con ella. Ella se moría por recibir un beso y cada roce de sus dedos sobre su piel virgen la humedecía aún más.
    
    Felipe, su vecino maduro, posó sus labios sobre los de ella unos segundos apenas, jugando con su desesperación. Ella se removió inquieta, sintiendo su bulto erecto sobre su vientre plano, también hirviendo por ella, pero al ser un hombre mayor y experimentado se controlaba y se tomaba su tiempo, no como los compañeros de colegio a los que estaba acostumbrada. Mientras Angel abría la boca esperando por un beso, él se abría camino hasta su coñito por entre sus dos preciosos orbes, jugando con su humedad y obligándola a abrir las piernas frente a él.
    
    —Eres una perrita caliente, mira cómo estás de mojada. Deberías dejar de usar bragas y andar así todo el tiempo, es una perdida de tiempo, ¿no crees?
    
    —Mjum… —Es todo lo que podía murmurar al sentir esos dedos extranjeros jugar con su órgano y enterrarle la puntita de un dedo en su interior.
    
    —¿“Mjum” qué? —demandó él, metiéndole la mitad del dedo en el interior y haciendo círculos con él, ...
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