1. ANGEL: EL BUEN VECINO


    Fecha: 22/05/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Hetero Sexo con Maduras Autor: Emma Rey Rey, Fuente: SexoSinTabues30

    ... contra las telas debajo, imaginándose que era él mientras lo veía hasta la casa vecina.
    
    —No sé, ¿qué haces tú para divertirte? ¿Reparar ese viejo carro? ¿Te puedo ayudar?
    
    —Mi esposa está en casa tomando un baño, creo que no sería buena idea, Angelito. Pero desde aquí te ves muy guapa, ¿me dejarías verte como el otro día? Te divertiste esa vez, ¿no?
    
    Angel remojó su labio inferior y se apartó de la ventana, cuando volvió a reaparecer lo hacía solo en una tanga blanca que tenía una pequeña mariposa en la unión de la cadera izquierda. Se volvió a acomodar sobre la almohada, ésta vez un poco más de lado así que cuando él le envió una fotografía más podía apreciarse formar una “s” con sus nalgas juveniles y su espalda. “Hermosa como siempre” adjuntaba la imagen.
    
    —Mira cómo me pones, Angelito —decía la próxima nota de voz y al ver por la ventana Felipe se desabrochaba el short caqui con mucha paciencia. A la nena le ardía tanto el coño que sintió eternos esos segundos en que se metió la mano en el bóxer y contuvo la respiración cuando vio que la volvía a sacar, pero sólo era su mano—. Si quieres ver más, déjame ver más a mí, cosita. Sé buena niña y déjame verte esas tetitas —ronroneo en su próxima nota de voz.
    
    Angel, desesperada por tener otro punto de referencia para masturbarse, se llevó las manos a la parte baja del top aun sabiendo que la esposa de Felipe podría aparecer en alguna ventana en cualquier momento. Liberó sus tetas juveniles y tersas que rebotaron al ser libres de la tela, su piel irradiaba un halo casi angelical a la luz de la ventana y la siguiente imagen que recibió era aún más explícita que la anterior y más sensual, tanto que comenzó a excitarse con su propia imagen y a cabalgar su almohada frente a la ventana.
    
    Felipe no envió otra nota de voz, solo la observó, bajó el celular y se llevó las manos al bóxer y sacó una verga gruesa con unos quince centímetros de largo, se adivinaba una mata de vellos rizados alrededor. Aunque estaba muy lejos, podía sentir su mirada penetrante mientras se masturbaba frente a la ventana, comiéndose su cuerpo juvenil con la mirada sin perderse ningunos de sus vaivenes sobre la almohada como una perrita desesperada por tener algo entre sus piernas.
    
    Él de pronto se detuvo y ella sintió un tremendo bajón, pensó que quizá no estaba haciendo las cosas bien, lo vio guardarse el paquete y perderse en el interior de su casa. Ella hizo lo mismo al ver que se retiraba, se echó en la cama confundida y triste, hasta que recibió un texto:
    
    “Mi esposa salió de la ducha. Saldrá en un rato, ven a ayudarme con el auto, Angelito, para que no estés tan aburrida”.
    
    Angel volvió a sonreír y su corazón enamorado a palpitar, fue a su buró y se recompuso la ropa, ésta vez en lugar de un pantaloncillo se colocó una falda del mismo color pero muy corta, apenas tres dedos debajo del culito erguido y exquisito. Un poco de perfume por aquí, un poco de labial por allá y ¡lista! En cuanto la esposa de Felipe ...
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