1. 28 años


    Fecha: 18/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: pinoverde, Fuente: TodoRelatos

    ... décima ronda se acercó.
    
    - Sigues siendo un muermo Juan Olmo de Todos los Santos.
    
    - Y tú sigues teniendo buena memoria acordándote de todos mis apellidos.
    
    - ¿Cómo voy a olvidarlo “Todito”? Es que eres….eres
    
    Hasta percibí en su rostro el esfuerzo que sentía tratando de liberar lo que fuera que la estaba devorando del esternón hacia dentro.
    
    - Eres de esas cosas que te pasan en la vida….y nunca olvidas.
    
    El “olvidas” resonó justo cuando Boston acaba el acorde final de “More than a Feeling”.
    
    Nadie nos hacía caso.
    
    Nadie nos escuchaba.
    
    Nadie vio que me había derrumbado.
    
    Eran las dos y once minutos de la madrugada.
    
    Habían pasado veintiocho años, once días, veintiuna horas y no sé cuantos minutos desde la última vez que nos habíamos besado.
    
    Y no dejamos, no consentimos, no permitimos, no toleramos que pasara más tiempo.
    
    No nos importaron los testigos.
    
    Cada uno había seguido su propio camino.
    
    Ninguno conocía del otro nada más que esbozos.
    
    Nadie sabía de la rutina de quien casi tres décadas antes había sido el mejor amigo.
    
    Unos estaban ya tan borrachos que les costaba no caerse al suelo.
    
    Otros sangraban por la nariz su adicción a la cocaína.
    
    Remedios a esas horas, dejaba que un chaval de veinte años pusiera su mano extendida sobre su entrepierna, controlando con el cuello estirado, tratando de compaginar las ganas de polla con la necesidad de mantener las apariencias.
    
    La mayor parte del antiguo instituto, había ya regresado a su realidad, calva, gorda y rutinaria.
    
    Nosotros en cambio, hacíamos exactamente lo contrario.
    
    Nosotros nos encaminábamos a conseguir que regresara al presente, un pasado plagado de buenos recuerdos.
    
    Salimos del “Martinis” sin prisas, con paso acaramelado, mirándonos, acariciando nuestros dedos.
    
    Pasemos por la calle Mayor, a esas horas desamparada.
    
    Giramos en el callejón del Hebreo, atravesamos el parque de las Delicias y allí, frente a la fuente oxidada que seguía sin regurgitar agua, nos paramos.
    
    - ¿Te acuerdas Juan?
    
    - Hace veintiocho años, en esta fuente.
    
    - Tampoco tenía agua.
    
    - Y nosotros no teníamos canas.
    
    - Tu estas muy guapo – me acarició el menguante pelo al llegar al cuello, lo asió con relativa firmeza – Bésame como ese día Juan. Hazme regresar, aunque solo sea un segundo. Aunque sepamos que es mentira.
    
    Allí, frente a la fuente de secano, recordamos el que fue nuestro primer beso con esos diecisiete años y seis meses, con esa juventud que parecía durar eternamente cuando, en realidad, la farsa, apenas resiste un pestañeo.
    
    Recuerdo que mis manos, ese día, temblaron recorriendo su espalda.
    
    Y descubrí que mis manos, cuando repetimos sobrepasando los cuarenta, volvieron a hacerlo.
    
    Ella sonrió en mitad del beso.
    
    - ¿Sigues teniéndome miedo Juan?
    
    - Tú también tiemblas.
    
    - Ya – reconoció – Pero yo porque estoy cachonda – y cogiendo mis manos las dirigió directamente hacia sus nalgas.
    
    Carol gimió justo cuando besaba su ...
«12...456...14»