1. Un trabajo inesperado (2)


    Fecha: 17/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos

    ... No sabía si me besaría, pero yo no lo intenté.
    
    La sala era un amplio despacho, con una mesa grande de algún tipo de madera noble presidida por un sillón y dos cómodas sillas opuestas al otro lado para los supuestos visitantes. Ya desnudo, siguió sobando todo mi cuerpo con un deseo casi incontrolado. Se colocó a mi espalda y comenzó a frotar sus tetas contra ella y su pelvis contra mi culo desnudo. Sentía sus manos sobando mi pecho a la vez que se restregaban sin ningún pudor.
    
    - Dios mío, que polla tienes!
    
    Repitió con algo de ansiedad al bajar las manos y volver a abrazar el duro miembro. Sentía sus finos dedos apretarlo con fuerza, para después subir y bajar la piel hasta sacar el capullo al límite.
    
    Dejo de restregarse y tiró de mi mano hasta llegar a una de las sillas pegadas a la mesa. Se sentó poniéndome frente a ella y comenzó a manosear el miembro de nuevo mirándolo con estupor. Acercó los gruesos labios y besó el inhiesto capullo de lisa y tersa piel. Sacó la lengua y lo rodeó hasta empaparlo de saliva. Después lo engulló entre sus gruesos labios y lo succionó como si buscará el jugo dentro de una golosina. Sujetaba el tronco con una de sus manos mientras con la otra no paraba de sobarme los huevos. Tenía claro que no era la primera vez que chupaba una polla, aunque su forma de disfrutarlo lo pareciera.
    
    No sabía que quería hacer ni hasta donde pensaba llegar, pero Marta me había dejado claro que ella era la que mandaba. Estuvo chupando un buen rato y su boca y sus labios eran una delicia. Pensaba que si seguía así, acabaría sacándome la leche, pero después de ponérmela como un pedazo de hierro ardiente dejo de chupar y se espatarro en la silla.
    
    - Arrodíllate! A ver qué tal se te da a ti! – ordenó con voz autoritaria.
    
    Me arrodillé y pasé las manos sobre sus muslos. La carne no era tan dura como sus tetas, más bien algo blanda. Pasé los dedos sobre la fina tela de las bragas y sentí el calor que manaba bajo ellas. Movió el culo de una forma inquieta posado sobre la mullida silla.
    
    - Vamos, vamos! Estoy ardiendo! – me increpó con el mismo desdén autoritario.
    
    Joder, ahora tenía que comerla el puto coño, algo que en ese momento no era de mi agrado. No obstante era la prueba que me había puesto Marta para ver si pasaba el examen, y no podía fallar.
    
    Acerqué la boca y experimenté un olor agradable, parecía haberse perfumado sus zonas íntimas. Pasé la lengua por encima de las bragas y noté que ya andaban algo húmedas. Después de varias lamidas de bragas e inglés, tiré de la tela hacia abajo y vi como afloraban unos finos labios vaginales. La verdad es que eran mejor de lo que me esperaba.
    
    No dudo en ayudarme a quitarse las bragas por completo y empecé un ritual de lamidas haciendo que su culo inquieto se moviera sobre la silla. Con rapidez puso la mano sobre mi cabeza y la presionó para que aumentará la intensidad. Mi lengua penetró entre la depilada raja y sentí como su cuerpo se estremecía.
    
    Dado que tanto el olor ...
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