1. Un trabajo inesperado (2)


    Fecha: 17/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos

    ... material con el que vais a trabajar!
    
    La verdad es que no me esperaba tanto descaro, realmente no sabía que me esperaba. Me quité la chaqueta de inmediato y comenzó a sobar mi pecho y mis brazos con cara de poseída. Sus ojos brillaban como si un fuego frío saliera de ellos. Sus dedos largos y delgados comenzaron a desabrochar mi camisa arrebatadamente y me acordé de lo que me había dicho Marta, que si hacíamos algo fuera en el salón, pero como le decía en ese momento que nos fuéramos al dichoso salón?
    
    Se me ocurrió aceptarle la copa que me había ofrecido al entrar. Ella se la había dejado sobre una de las tres mesas que ocupaban el salón.
    
    - Que tal si me sirve esa copa que me ofreció al entrar?
    
    - Ya la tomarás después! – dijo con rotundidad.
    
    Al momento ya me había desabrochado todos los botones y tiraba de la camisa para quitármela. Mi torso se quedó desnudo y el fuego aumento en el fondo de sus ojos. Sus manos sondaban mi pecho, mi vientre y mis brazos con impaciencia, y me atreví a deshacer el nudo del cinturón que cerraba su amplia bata. La tela se abrió y pude ver unas hermosas tetas elevadas cubiertas por un sujetador negro semitransparente. Unas tetas con una contundencia que claramente no correspondían con su edad. Las bragas a juego eran de un fino encaje que cubría el centro de sus muslos. Apenas se marcaban unos finos labios vaginales y no aparecía nada de vello entre la fina tela. Supuse que iba depilada.
    
    Sus manos bajaron hasta mi pantalón y sondearon sobre la tela buscando mi miembro. El endurecimiento había comenzado, pero todavía estaba morcilloso.
    
    - No te gusta lo que ves? – preguntó insinuante al notar la falta de dureza.
    
    - Me está empezando a gustar! – contesté intentando salir medianamente airoso.
    
    - Quizás necesites comprobarlo con las manos!
    
    Había sido tan directa que no lo dude. Puse las manos sobre sus pechos y los presioné con suavidad. La dureza era notable, una dureza compuesta de carne y silicona claramente. Era las primeras tetas operadas que tocaba y fue una sensación que no sabría describir.
    
    Entre el sobo de sus tetas y las maniobras con sus manos sobre mi pantalón hicieron que mi polla se irguiera con rapidez. Desabrochó el pantalón y sin esperas, y tiró del él lo suficiente para que mi polla saliera completamente erecta.
    
    - Uffff, esto si que no me lo esperaba! – esbozó manoseando la polla como si fuera una niña con un juguete nuevo.
    
    - Vamos, quítate toda la ropa! Quiero verte desnudo!
    
    Su voz era autoritaria y me sentí más objeto que nunca. Su trato era ligeramente despreciativo, como si yo fuera alguien inferior que estaba a su servicio, y así es como me sentí en ese momento.
    
    Ella también se deshizo de la larga bata quedándose en ropa interior. Ahora podía ver todo el contorno de su cuerpo. Su culo se abultaba de una forma especial, seguramente por alguna operación, y sus caderas eran más bien estrechas. Su boca era amplia, y los labios parecían más abultados de lo normal. ...
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