1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (4)


    Fecha: 05/05/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... blancos aquellos. Le señalo. —Y una botella de «Curaçao Azul», por favor.
    
    — ¡De más que sí, Melisita! ni que estuviéramos bravos. —Me responde en tono jocoso y se da la vuelta para ir a buscar en el estante la botella y así de espaldas hacia mí, es que aprovecho para preguntarle…
    
    —Don Santi y es que… ¿Camilo está bebiendo mucho? —Se rasca la cabeza y se demora en contestar. Se da la vuelta y ahora me mira con seriedad. Está pensando que responder pero antes de hacerlo eleva el brazo derecho y de un gabinete superior, toma los dos paquetes de cigarrillos para mí. Se toma su tiempo y mira para ambos lados, pero en el local no hay nadie más que él y yo. Aun así, casi entre susurros me termina por confesar…
    
    —Melisita, su marido desde que llegó hace cinco meses…
    
    —Casi siete, don Santi, le interrumpo para aclarar sus cuentas.
    
    — ¿Ahhh? ¿Tanto ya? Bueno, pues no es que me importe, pero cada cuatro días me hace el mismo pedido de cerveza y aguardiente. —Se rasca la aguileña nariz.
    
    —Usted sabe bien que a él, el amarillito no le agrada. Pero él no anda por ahí en la calle, borracho ni dando espectáculo. Y nada de mujeres Melisita. ¡Eso sí para qué, pero su marido se sabe comportar! — ¡Lo sospechaba! Pienso que a Camilo como a mí, le sucede que quiere con el alcohol, aturdir las penas. Y le extiendo dos billetes de veinte dólares para cancelar las compras. No he tenido tiempo de cambiar algo de dinero por florines.
    
    Posa su velluda mano sobre la mía y me la aprieta un poco, acompañando su gesto morbosamente, con la repasada de su húmeda lengua sobre sus labios entrecerrados y me rechaza el pago.
    
    — ¡Ehhh, Ave María! Ni más faltaba. Dejemos así Melisita, esta vez la casa invita. Ahh, pero eso sí. El primero que sea por las benditas almas del purgatorio y el segundo a mi nombre, púess.
    
    — ¡Muy amable, que detalle tan bonito! —Le respondo haciéndome con las dos bolsas y mis billetes.
    
    —Así será entonces don Santi y de nuevo muchas gracias. Y ahora me voy que se me hace tarde para entregar su mandado. ¡Jejeje! —Le sonrío lo suficiente.
    
    De nuevo el sombrero a mi cabeza y los lentes oscuros cubriendo mis ojos. Salgo del local con la sensación de… ¡Llevarme su mirada pegada a mis nalgas!
    
    ***
    
    Tengo que caminar más rápido pero por alguna razón, camino normal y tranquila. Volver a recorrer esta calle tan cercana a casa me tranquiliza, aunque llegaré tarde a nuestra cita. ¡De nuevo yo con mis cagadas! Hasta me detengo a observar los grafitis que adornan las paredes de la casa de nuestros amigos franceses. No hay ninguno nuevo, pero si se conserva el dulzón aroma de la narcótica yerba que se debe estar fumando alguien, alla arriba en la terraza.
    
    Dos silbidos, uno corto y el otro un poco más largo, tan inconfundibles para nosotras las mujeres, reclaman mi atención y elevo la mirada hasta la barda donde se encuentra Eric observándome, con su porro encendido sujeto entre el dedo índice y su pulgar. El cabello largo, entre rubio y ...
«12...567...12»