En la cama con mi madre - Relatos Eróticos

En la cama con mi madre

... que más me importa, es haberte podido hacer sentir mucho placer – Le respondí con voz cómplice regresándole la sonrisa.

- Creo que confesar lo que he sentido todo el día, ha sido un error, porque ahora siento que solo le he dado alas y esperanza de que sucederá algo que no volverá a pasar – Comento más para ella que para mí, como intentando convencerse de que sería un error sucumbir ante sus deseos impropios por su hijo.

- Ajá, claro, lo que digas – Dije algo decepcionado y molesto de que mamá intentara autoengañarse diciéndose que todo era un error.

- Hijo, sé que te sientes decepcionado, yo nunca te di ni de lejos, una educación semejante a la que recibieron los demás cuando eran niños, y eso ha causado que no solo me veas cómo madre, sino también como mujer, ya que para ti, no hay ningún tabú en que una madre y su hijo, disfruten del mutuo placer sexual, pero…

- Tienes razón mamá, yo no veo ningún tabú en eso, porque tú me criaste así y me predicaste con el ejemplo, siendo una mujer dé útero goloso y moral distraída. Así que no entiendo por qué ahora actúas tan decorosa y moralista, si nunca lo habías hecho – Le dije interrumpiéndola he intentado oculta ese pequeño enojo que había en mí.

- Tienes razón, amor. Yo siempre he sido muy sexual, y he disfrutado y experimentado mi sexualidad de una manera muy abierta, sin hacer el intento de ocultarte mis, andanzas, pero, pero él tener sexo con mi propio hijo, es algo que nunca me había pasado por la mente hacer. Esto es algo nuevo para mí, algo que nunca creí que me pudiera gustar, pero siento que no debería de gustarme, y tú ya estás grande como para entender que a ti tampoco debería de gustarte – Me explicó depositando mucha comprensión y amor dé madre en cada palabra.

- Mamá ¿qué tanto té gustó estar conmigo? – Le pregunté más cariñoso.

- Amor, ya sabes que mucho – Respondió sin poder evitar que su tono de voz sé tornara más sensual, y que deseo brillara en sus ojos.

- Y sí has descubierto algo nuevo que te gusta mucho ¿Por qué no hacer eso que te gusta? – Le cuestioné viéndola fijamente.

- ¡Hijo, porque no! – exclamó molesta, acabado la conversación cansada de seguir debatiendo conmigo y con ella misma al mismo tiempo.

La conversación acabó. No volvimos a hablar hasta ya entrada la noche, y fue solo porque mi madre me dio las buenas noches antes de irse a dormir. Par de horas después, también me fui a dormir, y pensé durante unos segundos frente a la puerta de mi madre, en entrar en su habitación y acostarme con ella en la cama, pero después deseché la idea y entré en mi propia habitación. Estuve varias horas en mi cama, moviéndome de un lado a otro sin poder dormir, y deseando estar entre las piernas dé mi madre fornicando con ella en su cama.

Juego con su cuerpo, enardeciendo su piel con mis caricias. Lamo su cuerpo entero y la beso estimulando incasablemente sus puntos erógenos hasta que, jadeante de deseo, decidimos compenetrarnos. La ayudo a ponerse de ...