1. En la cama con mi madre


    Fecha: 01/05/2019, Categorías: Incesto Autor: Jhon, Fuente: TodoRelatos

    ... podía concentrarme en mis clases por estar pensando en cuerpo desnudo dé mi mamá, cosa que no podía evitar, en parte creo que por la edad, pero también supongo que por el deseo por lo prohibido, y el hecho de que en serio mi mamá estaba muy deseable, lo sé porque así me lo habían hecho saber algunos de mis compañeros cuando la habían visto. Pero claro, socialmente, era más normal que mis amigos sé la quisieran follar a que yo lo quisiera, ya que ellos no tenían ninguna relación consanguínea con ella.
    
    Clase tras clase, estuve fingiendo tomar apuntes o viendo por la ventana, pensando en la desnudez de mi madre y en su afrodisíaco aroma almizclado que emanaba de su vagina. Los recuerdos de la sección de sexo con mi madre, sé paseaban por mi mente como fotografías que volaban con la brisa, y eran foto tras foto porno muy subido de tono. Veía en mi mente en full HD, ha mi madre con la espalda arqueada por el placer causando por mis dedos metidos muy profundos en su cabida vaginal, veía mi pene enterrado entre sus gordas nalgas, su boca chupando mi dedo mientras se masturba y sus piernas en mis hombros permitiéndome ver su vagina abierta como una flor sonrosada.
    
    Durante la hora del almuerzo, no puede dejar de imaginarme saboreando el néctar de su flor, teniendo su trasero viento en popa o teniéndola de rodillas haciéndome una mamada. Con esos pensamientos en mente, llegó la hora de regresar a casa, pero no pensaba presionar a mi mamá para que tuviera sexo conmigo. Pero cuando llegue a la casa, encontré a mi mamá vestida con un muy ajustado y corto vestido negro, que sé amoldaba a su cuerpo como un guante, causando que las nalgas se le vieran más voluminosas, pero él centró de mi atención, sé fue al escote de infarto por el que estaba a punto de escaparse sus grandes senos como melones.
    
    A pesar de esa vista, que me había hecho palpitar el pene, está vez no intente besarla en la boca, en cambio, la salude con un pequeño beso en la mejilla, y durante todo el resto de la tarde, conversamos como cualquiera madre he hijo, y sin ningún tipo de tensión significativa en el aire o algo semejante. Al menos así fue, hasta que después de una larga pausa, me confesó que su cuerpo no había podido olvidar el placer yo le había hecho sentir, y que el latente deseó impropio de volver a estar sexualmente con su hijo, había estado invadiendo su mente, provocando que su vagina no dejará de empaparse.
    
    - ¿Y eso significa algo bueno para mí? – Le pregunté sin poder evitar sentirme algo emocionado, ansioso y con esperanza de volver a tenerla desnuda entre mis brazos.
    
    - Eres muy bueno en la cama, y sabes cómo hacer sentir mucho placer a una mujer, o al menos a mi me lo parece, porque yo pude sentir mucho placer contigo. Eso es muy bueno para ti hijo, al menos la parte de que eres muy bueno en la cama, que es a lo que me refiero – Me dijo con una sonrisa coqueta, que nunca le había visto y que supuse, usaba usualmente con otros hombres.
    
    - Pero es que a mi lo ...
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