1. Depravados Tripulantes


    Fecha: 21/04/2019, Categorías: No Consentido Autor: Migran Kus K, Fuente: TodoRelatos

    ... las manos atadas detrás le era difícil mantener el equilibrio.
    
    El sol matutino los encandiló. El viejo subió delante arrastrando la cuerda y por ende a Nicole. Su hijo cerraba la marcha, justo detrás del culo de la mujer, deleitándose con esas carnes de primera y dándole algún que otro azote, que la víctima soportaba sin chistar pero sin poder evitar que se formen lagrimones.
    
    - Está toda pegajosa y sucia, señora Fortune, es un cerdita ardiente así toda enchastrada. – el viejo se mofaba observando los pegotes de semen y demás secreciones que tenía Nicole esparcidos por su escultural cuerpo, sobre todo en la entre pierna.
    
    - Debería darse un baño, la puerca, Pa…
    
    Entonces arrastrándola hasta la popa donde la cubierta era más baja, sin rodeos la empujaron al mar.
    
    Así, atada de manos, Nicole se sumergió completamente y hubiera seguido hundiéndose de no tener un collar con una cuerda que sujetaba el viejo Pedro. Y con ella la fue remolcando a la pobre que pataleaba desesperaba creyendo que se ahogaba.
    
    Un tanto rudo fue izarla al yate desde la cuerda porque el collar la ahorcaba, pero fueron unos segundos y soportables comparados con los que estuvo hundiéndose angustiada.
    
    Luego se instalaron en las reposeras a fumar y beber que al parecer era el deporte nacional de los sujetos… ah… y violar turistas guapas.
    
    Chupando cerveza y hablando groserías, tenían a Nicole de pie al lado, sosteniendo la cuerda al cuello el viejo y estando siempre desnuda y maniatada.
    
    El sol le mordía cruelmente la expuesta piel a la rubia, resignada y demacrada sufría en silencio mientras lagrimeaba quedamente.
    
    - Me estoy aburriendo señora tetona, arrodíllese y lubríqueme la polla con su saliva mientras termino la cerveza. – ordenó el viejo.
    
    - ¿Está loco? Jamás le haría nada por propia voluntad. Si quiere violarme de nuevo, áteme a la cama y hágalo, cerdo repugnante! – gritó Nicole.
    
    - ¿Qué? Ups! Hijo, ¿te has fijado si el niño rico vive aún? ¿Por qué no lo invitas a la fiesta? Te esperamos.
    
    Allá fue Pablo a buscar a Richard que había pasado toda la noche en la pequeñísima bodega, maniatado.
    
    Tardó unos minutos, varios minutos. Cuando por fin volvió, traía al muchacho con las manos atadas atrás y con una cuerda delgada le había hecho una atadura marinera alrededor de los huevos, con lo que se los veía ceñidos y amoratados. Y con esa misma cuerda atada a los cojones lo conducía cuan rienda.
    
    Cuando llegaron donde estaba el viejo y la mujer, Pablo lo hizo arrodillar y tomándolo de los cabellos apoyó la navaja en su cuello.
    
    - ¡Oh Dios mío! ¡Richard! ¿Qué te han hecho? ¿Qué le hacen? Malditos macacos! – se horrorizaba ella observando a su marido.
    
    Venía tan abatido que no emitió sonido el pobre hombre.
    
    -Ahora si tetona… ¿Qué es eso de negarse a mis órdenes? ¿Acaso sabe para que es esa cuerda en los cojones de su hombre? – explicaba el viejo haciéndole una seña a su hijo, el cual tiró fuerte de la soga, con lo que Richard lanzó un agudo ...
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