Depravados Tripulantes - Relatos Eróticos

Depravados Tripulantes

... arena en la concha y encima lo frotó ahí ante los gritos de ardor de la pobre rubia.

- Me gusta esta sensación de arena en tu coño, esclava. – exclamó al tiempo que la penetraba.

El viejo observaba vaciando una botella a la sombra mientras pensaba y se enorgullecía del talento para el mal de su hijo.

- Apúrate hijo que mirándolos se me hincharon los cojones y los siento reventar. – Pedro.

- Ya va, ya acabo, Pa… ya casi termino uf uf uf… - Pablo.

- ¡AHHHH! ¡AGHHH! ¡Basta! ¡Duele, hijo de puta! ¡Déjameeee! – Nicole.

Acabó Pablo dentro del coño de Nicole obviamente y de una patada la envió al gomón a traer otro pack de cervezas e ir a atender a su padre.

- Dios, tengo que hacer algo o no sobreviviré mucho más. – pensaba Nicole mientras acarreaba las cervezas.

Dejó las mismas cerca del viejo y se desplomó arrodillada unos metros más allá, a la sombra, escondiendo la cara entre sus manos.

- ¿Qué estás haciendo grandes tetas? Trae ese gatito acá que tengo una emergencia. – ordenó el viejuco.

- ¿Eres tonta? – preguntó Pablo dando un tirón a la soga del cuello y arrojándola a la arena. – Ve a apretar con tu coño el pajarito de Pa. Fóllalo bien o tomo mi cuchillo para pinchar tus tetas.

Nuevamente obedeció ella y montó al viejo que ya se había estirado cuan largo en la arena. Por enésima vez la gorda poronga del gerente se introdujo como cuchillo caliente en manteca en la castigada vagina de la señora Fortune.

- Dame una buena apretada de pija o tu marido pierde los huevitos. – se repetía el viejo.

- Pa, siento que se me despierta la polla nuevamente… ¡Pa!

- Bien ves, hijo que la cajeta de la perra está ocupada, vete a masturbar por ahí o fóllate un coco roto.

- No puedo esperar, Pa… es doloroso. – expresaba el hijo y se acercaba a la pareja que fornicaba.

Como Nicole estaba montando al viejo, le apoyaba las manos en el pecho mientras subía y bajaba pisoneándose ella misma en la verga del anciano.

Este vio acercarse a su hijo y adivinó las intenciones, entonces abrazó a la mujer y la atrajo sobre su pecho, aprisionándola sin sacársela. El hijo llegó por detrás con la verga durísima y separando las nalgas de la rubia le porteó le pequeño ano.

- Entonces usaré el anillo chico, Pa… ya es hora de darle utilización. Uff uh uh mm mm está estrecho Pa… se nota que tiene poco uso… ufff uh mm…

- ¡NOOOO, POR AHÍ NO DESGRACIADO! ¡NO LA METAS AHÍ HIJO DE PUTAAA! ¡NOOOOO! – el alarido de Nicole superó todos los gritos que había explayado hasta hoy.

- UF, ¡Puta! No entra… - se quejaba Pablo. La sacó, escupió en el pequeño hoyo y volvió a hacer fuerza. – Mierda, Pa, como cuesta… ufff ah ah ya entra siiiiiiiii….

- ¡AY! ¡AHHHHHH! ¡AGHHHHHH! ¡NOOOOOO! ¡NOOOOO!

Y la verga entró, primero el glande y poco más. Siguió presionando sin importarle los gritos desgarradores de Nicole. Poco a poco toda fue alojándose en el recto de la señora.

Gritos y aullidos de dolor extremo dejaba salir la pobre. Sentía fuego en ...