1. Una actuación de perros_11


    Fecha: 06/03/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Jose Caeli, Fuente: TodoRelatos

    ... labios tiernos del coño de Connie hincharse y enrojecerse de excitación.
    
    —Ese es tu creencia —dijo Connie, encogiéndose de hombros mientras movía su caliente concha frente a Sabo—. En cuanto a mí, me quedo con nuestros amigos peludos.
    
    Claudia vio como Connie movió su trasero en el sofá. Era una señal para el perro.
    
    —¡Vamos, estúpido hijo de puta! ¡Sube aquí y comienza a lamer mi clítoris ardiente! —Connie gritó mientras levantaba su sensual cadera en el aire.
    
    Claudia se humedece los labios. Odiaba admitirlo, pero estaba excitada al ver la vagina expuesta de Connie. Quería abrir la boca y lamer las membranas suaves y estiradas del coño caliente mientras rasgaba y pellizcaba el clítoris palpitante de la morena.
    
    —¡Dios! —Connie grito cuando Sabo hundió su hocico profundamente en su vulva. Lanzó los brazos al aire, luego apretó los dedos con fuerza contra la cabeza del perro pastor y lo metió y sacó de su vulva como un consolador grande y peludo.
    
    —¡Me lleva! —Claudia gritó, sintiendo sus pezones hincharse y frotarse contra su vestido. El líquido brotó de entre sus labios vaginales temblorosos e hinchados a medida que se excitaba más.
    
    De repente llamaron a la puerta.
    
    —¿Clau? Claudia, ¿estás ahí?
    
    —¡Mierda! ¡Es mi esposo! —Connie susurró ansiosamente mientras se levantaba del sofá.
    
    —¡Ay Dios mío! —gritó Claudia, dándose cuenta de que no había suficiente tiempo para vestir a Connie.
    
    —¿Él sabe de tus pasatiempos?
    
    —No lo sé. Supongo que sí —se encogió de hombros Connie.
    
    —Eso no es suficientemente bueno —siseó Claudia mientras sacaba a Connie del sofá y la empujaba desnuda hacia el armario—. No voy a tener una escena de pelea entre marido y mujer en mi camerino. Especialmente con ese maldito perro aquí —dijo mientras dejaba a Connie sin ropa y al animal en el armario.
    
    —Si tienes más visitas, tendrás que encontrar otro lugar donde meterlas —reflexionó Connie mientras Claudia cerraba la puerta.
    
    —Señora graciosa.
    
    —Unas pocas personas más y podemos jugar a la botella —gritó Connie desde detrás de la puerta, y Sabo ladró quejándose del encierro.
    
    —¡Tranquilo! —Claudia gritó justo antes de abrir la puerta.
    
    —¿Por qué debería estar tranquilo? —Roberto preguntó mientras entraba en la habitación con el montón de ropa de Claudia.
    
    —Ohhh, nada. Solo estaba practicando mis líneas —dijo Claudia nerviosa.
    
    —Eso es lo que me gusta de ti, Claudia —contestó mientras colocaba la ropa en el sofá húmedo—. Eres una de las pocas personas aquí que se toma este trabajo de actuación lo suficientemente en serio como para persistir en él.
    
    Claudia sonrió, contenta de que a Roberto le gustara su actuación, le hubiera encantado escuchar más, pero recordaba que Connie y Sabo estaban metidos en el armario. Más tarde podría hablar con Roberto sobre su carrera, en ese momento, todo lo que podía pensar era en sacarlo de su camerino.
    
    —Gracias, Roberto. Ahora tendrás que irte para poder estudiar mis líneas y mantenerte orgulloso de ...
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