1. Encuentro con María, la casada morbosa


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: ChinaoSky, Fuente: TodoRelatos

    ... nunca. El calor de su humedad abrasaba mi polla en su interior. Sentía que había alcanzado el paraíso.
    
    Mientras nuestros cuerpos se movían y se daban placer, advertí movimiento en la playa. Dos hombres jóvenes, de unos 30 años, salieron de la maleza, también desnudos. Sus pollas estaban igual de duras que la mía. Al parecer aquella era una zona de cruising y nosotros estábamos dando a aquellos mirones todo lo que necesitaban: una escena de sexo entre un joven y una madurita irresistible.
    
    Los chicos no dejaban de masturbarse. Se acercaron a la orilla para poder observar mejor nuestro juego. Uno de ellos, el más bajo, tenía una polla descomunal que estrangulaba entre sus manos con verdadero ímpetu. Aquello acrecentó nuestra calentura y comenzamos a follar cada vez con más fuerza. María lamía mi oído y me decía verdaderas guarradas mientras arañaba mi espalda y la sal hacía escocer el recorrido de sus uñas en mi piel. Nuestros pubis chocaban bajo el agua como dos trenes de alta velocidad.
    
    María no apartaba la mirada de los dos chicos en la orilla mientras abusaba de mi rabo y lo llevaba a lo más hondo de su cuerpo. Me agarró las nalgas, casi parecía que quisiera violarme con semejante potencia en las embestidas, pero lo que pasaba era que estaba corriéndose como una auténtica puta infiel, mientras su marido estaba en alguna parte de viaje de negocios, ajeno totalmente a lo que su zorrita era capaz de hacer.
    
    Cuando terminó de correrse desmontó mi polla, me agarró la mano y me condujo a la orilla. Una parte de mí se lo agradeció, pues estaba a punto de soltar toda la leche y pude aliviarme en el trayecto a tierra firme.
    
    Llegamos a la orilla y no dijimos nada a los chicos. María me empujó contra la arena y caí de espaldas, con la polla apuntando al cielo casi negro ya. Ella se sentó sobre mi cara y comenzó a follarme la boca. Aquel olor a sexo me estaba volviendo completamente loco. Lamía el interior de su coño, su clítoris… Mi lengua viajaba de su año a su clítoris sin parar. Me estaba asfixiando entre sus piernas, pero era lo único que deseaba en aquel momento.
    
    Los chicos se pajeaban alrededor nuestro, cada vez más cerca. Y pronto María les echó una mano, nunca mejor dicho. Agarró una polla con cada mano y las masturbó con lujuria mientras aplacaba su deseo de correrse contra mi cara.
    
    Se llevó una a la boca, la más pequeña, y la chupó con ansia mientras masturbaba al otro. El tipo la agarró de la nuca y comenzó a follarle la boca, como si quisiera atravesarle el cráneo.
    
    Así estuvimos un buen rato, luego cambió y comenzó a chupar la más grande, hasta la garganta, con más fuerza y ganas que la anterior.
    
    En un momento dado, María bajó su coño de mi cara a mi polla y se ensartó en ella sin dejar de mamar aquellas dos pollas desconocidas. Volvió a correrse. Esta vez un squirt bañó todo mi pecho y los dos chicos no pudieron contenerse y se vaciaron sobre nosotros. Primero el de la polla enorme y cuando aún no había terminado de ...