1. Encuentro con María, la casada morbosa


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: ChinaoSky, Fuente: TodoRelatos

    Me encontraba revisando el correo electrónico durante mis horas de trabajo. María había vuelto a hablarme y, aunque sabía que estaba ocupado, se empeñaba en calentarme. Le encantaba jugar. La había conocido a través de Todorelatos y habíamos comenzado a chatear. María me enviaba fotos en las que aparecía ligera de ropa al principio, y luego, conforme la conversación iba subiendo de tono, las prendas iban poco a poco desapareciendo hasta mostrarme su desnudez más bella y salvaje.
    
    Ella tenía 51 años y yo 25. La sola idea de pasar aunque solo fuera una noche entre sus piernas me traía desbocado por aquel entonces. Era una mujer morena, de culo apretado y perfecto, y con unos pechos generosos de pezones oscuros que podrían volver loco a cualquiera en su sano juicio.
    
    Durante una de nuestras conversaciones tuve por fin el valor de proponerle dejar a un lado la pantalla y dar el paso de conocernos, sin presiones de nada; solo por el cosquilleo de estar frente a frente y comprobar que la atracción y el deseo que supurábamos seguían haciendo acto de presencia. María al principio dudó, y no me extraña; nunca sabes qué te puedes encontrar o quién puede estar al otro lado de la pantalla; pero finalmente decidió darme la oportunidad y quedamos en vernos dos semanas después en un chiringuito de la playa de Málaga.
    
    El marido de María no estaba al tanto de sus instintos primitivos ni de sus juegos, pero saldría de viaje aquel fin de semana, así que podríamos aprovechar la ausencia para estar a nuestro aire.
    
    Aquellas dos semanas se me hicieron eternas. El tiempo parecía no avanzar. Solo pensaba en una cosa desde que me despertaba hasta que me iba a dormir: María; María y su cuerpo de lujuria.
    
    Seguimos chateando, seguimos fantaseando con lo que pasaría una vez nos tuviéramos delante y seguimos masturbándonos a diario, en la distancia, como posesos.
    
    Llegó el día de nuestra primera cita. Preparé temprano la maleta y salí dirección Málaga. Tenía por delante unos 200 km de asfalto. A medio camino paré a desayunar en un bar de carretera. Mientras terminaba el café eché un vistazo al móvil. María me había mandado un nuevo correo.“Estoy esperándote, a cada rato más caliente”. Una nueva imagen adjunta hizo que me diera un vuelco el corazón. Cliqué sobre ella y la foto se abrió. En ella María aparecía luciendo un vestido veraniego súper fino sobre el que se marcaban sus preciosos pezones negros y posando con las piernas bien abiertas hacia el objetivo de la cámara. Se podía apreciar con claridad la humedad que emanaba de su vagina de mujer casada y hambrienta de sexo.
    
    Ni siquiera contesté. Mi cuerpo se aceleró. Dejé sobre la barra un billete para pagar el desayuno y no esperé la vuelta. Volví al coche de inmediato y salí a toda velocidad en busca de María.
    
    Cuando llegué a Málaga fui directo a la zona donde habíamos quedado. Estuve un rato buscando aparcamiento hasta que por fin advertí un coche que salía y dejaba un hueco libre. Me di prisa en ...
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