1. Tengo un Amor de Sobrina


    Fecha: 24/02/2020, Categorías: Fetichismo Incesto Voyerismo Autor: McLovin8, Fuente: SexoSinTabues30

    ... tanto me había gustado desde el principio, y quise mirarlo mejor.
    
    – Girese un poquitito amor. Le dí un besito bajo su barriguita y dándole palmaditas en una de sus nalgas, la giré.
    
    Liberadas de la opresión del pantalón, esas blancas nalguitas al aire, se veían esplendorosas.
    
    – Que lindo está tu traserito amor. Le dije y le dí un besito en su cadera mientras acariciaba sus pompis redonditas y suavecitas.
    
    Le dí un par de palmaditas, y observé como tiritaban un poquito esas paraditas nalguitas. – Hay. Exclamó Paolita.
    
    – ¿Que prefiere amor. Le dije con cara de diversión y continué: – ¿Palmaditas? (Le palmotié) O ¿Cariñitos? (Le acaricié)
    
    – Cariñitos. Respondió.
    
    Sobé y apreté un poco esas pompis tan blanditas y suaves, con mi otra mano aproveché de alcanzar sus pechitos y también se los acaricié.
    
    Miré hacia arriba a Paolita y ya se comenzaba a ver aburrida de tanto toqueteo, así que decidí no incomodarla más. Para finalizar, le subí de nuevo el chalequito para deleitar mi mirada con ese cuerpecito por última vez.
    
    La visión era realmente hermosa. Me miraba con sus hermosos ojitos tiernos. Un poco de su negro, liso y brillante cabello le caia por los costados de su cabecita, haciendole sombra a su linda carita. Podía ver todo su blanquito y delgado torso al desnudo, con esas tetitas pálidas y maravillosas, coronadas por esos dos puntitos rosados. Y, más abajo, su desnudez no se interrumpía, continuaba hasta sus pantaloncitos a medio bajar que me dejaban a la vista ese tierno pubis con su pequeño afloramiento de exquisitos y delicados bellos y, al final casi escondido por el calzoncito verde, estaba ese maravilloso y delicado frutito, esa pequeñita y suave vaginita con sus tiernos labios, hermosa y delicada.
    
    – Eres toda una mujercita hermosa Paola. Cuando las niñitas se convierten en mujeres, a los hombres nos comienzan a gustar, por eso te quería ver.
    
    – ¿Y yo te gusto tío?
    
    Me dijo esa pequeña niñita, con sus hermosas pompis al aire, que me había dejado ver y acariciar su cuerpecito, me miraba hacia arriba, preguntando si me gustaba. Nuevamente sentí ese sentimiento raro de ternura excitante.
    
    – Si amor, me gustas mucho. Le contesté, “emocionado” ¿Porqué no decirlo?
    
    Me levanté un poco y abracé a mi semidesnuda Paolita. Le dí un besito y comencé a subirle sus calzoncitos, sus jeans y le acomodé su chalequito. Me paré, la tomé de la mano y le dije:
    
    – Ya amor, salgamos y vamos con los demás.
    
    – Ya tío. Me contestó mi Paolita.
    
    Yo me incorporé nuevamente con el grupo de adultos y Paolita, ahora mucho más animada, comenzó a jugar con los niños.
    
    De vez en cuando miraba para ver donde estaba y que estaba haciendo, cuando ella se daba cuenta también me miraba y me sonreía.
    
    Debo confesar que, cuando la veía correr, meneando su traserito, no podía evitar recordar la imagen de ella, hermosa y desnuda frente a mi, y me excitaba mucho.
    
    Desde ese día, recordé a Paolita varias veces, con su cuerpecito tierno y ...
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