Sombras del olvido 5 Final - Relatos Eróticos

Sombras del olvido 5 Final

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Nota del autor

Lo que Víctor dijo entre dientes, que no pudo entender Érica, fue: “solo pensé en mi dolor”. “Soy un cobarde egoísta”.

Maia hizo exactamente lo mismo que Víctor. Con un terrible y lamentable resultado.

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Epílogo

Érica

Victoria, la hija de Maia, había sido anotada como hija de los dos y llevaba el apellido de Victor. Estaba viviendo con sus abuelos, que ya eran grandes para el papel de padres y no se animaban a pedirle a Víctor que se hiciera cargo. Difícilmente Victor pudiera hacerse cargo de nada, con la depresión que tenía, además, se había marchado para hacer el duelo, no se adonde, no se si volverá pronto. No creo que intente hacerse daño, él comprendió el dolor que a sus padres, hermanos, amigos, y, fundamentalmente a Maia, les produjo la posibilidad de su muerte. Lo que creo o supongo, es que la amnesia, esa vieja “conocida”, lo haya vuelto a visitar.

Mi relación con la familia de Víctor fue y es de un gran afecto y comparten conmigo, la teoría de la amnesia. También Noemí y Cora suelen visitarme con asiduidad, quedaron muy conmovidas por todo lo acontecido.

Yo seguí al frente del centro de salud y comencé a tener contactos con distintas personas, para llevar adelante una asociación, que pueda recaudar fondos, para mejorar y reequipar al centro de salud. Esta iniciativa con el tiempo dio sus frutos. Logramos incorporar tecnología médica y refaccionar y ampliar la parte edilicia. Demás está decir, que los aportes de Nico y Gervacio, fueron determinantes para esos fines y, el aporte en la parte edilicia, donde lo determinante fue mi familia. Mi padre, como presidente de la empresa constructora, y mis hermanos que la dirigen; que es algo así como una empresa familiar. Realizaron las obras casi a un precio simbólico.

En medio de todos estos logros vino a visitarme Andres y su esposa. Ellos al igual que yo, están convencidos que en algún momento Victor recuperará su memoria y, al único lugar que piensan que va a volver es a mi lado, y me dicen: nosotros tenemos tres hijos, el más pequeño ya está saliendo de la adolescencia. y los más grandes ya están cursando los

últimos años de la universidad. Los miro y, con una sonrisa amable, y presintiendo que algo me querían decir, les preguntó: ¿entonces?, a qué viene esta conversación. Me dice Andres: venimos a proponerte que adoptes a Vicky, la hija de Mai, tiene algo más de cuatro años y sus abuelos no están bien de salud y la niña siempre está al cuidado de distintas personas. Es todo lo que nos queda de Maia, nosotros no podemos olvidar los diez años de felicidad que le dio a Víctor y a todos nosotros. Algo oscuro de su pasado regresó a su vida y en unos pocos meses acabó con ella, su felicidad, la de Victor y la de todos nosotros.

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Cuando le avisé a mis padres que iba a adoptar a Vicki y la situación de los padres de Maia,

no tuvieron ningún inconveniente en que vinieran a vivir a mi casa, con las remodelaciones que se ...