1. Sombras del olvido 5 Final


    Fecha: 08/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: danny52, Fuente: TodoRelatos

    Continuación de la cartas de Maia a Noemí
    
    segunda parte
    
    Eran las nueve de la mañana del domingo, me había quedado remoloneando en la cama. Victor había salido temprano para visitar a sus padres. Siento que llaman a la puerta, me levanto y atiendo. Un cadete que trae un paquete a mi nombre. Lo recibí y lo dejé en la mesa del comedor. Casi en el mismo momento entra una llamada en mi teléfono. Era César. Me ordenó que me vista con las prendas que había en el paquete y, qué en el mismo, hay indicaciones que debía cumplir.
    
    A las diez paso a buscarte. Se una buena perra y obedece a tu amo.
    
    Me di una ducha, me sequé y acomode mis cabellos. Fui al comedor, y procedí a abrir el paquete. Lo primero que vi fue un vestido; que me resultó por su forma y tamaño, un tanto exótico. Un par de sandalias de vestir color rojo, haciendo juego con el resto y con unos tacos altísimos. Un conjunto de lencería sin corpiño; un kit con elementos de cosmetología, con un figurín y una imagen, con las explicaciones para que, el maquillaje, quede símil al figurín.
    
    Tomé el kit de maquillaje y me lo apliqué según las indicaciones. Me coloque la tanga, tengo algunas pero no tan pequeñas, medias de encaje con liguero. Para colocarme el vestido tuve que calzármelo, por lo ceñido que era, tenía una falda elastizada, que al sobrepasar unos pocos centímetros de mis glúteos, hacía resaltar la redondez del mismo. La parte superior tenía un prendedor que al abrocharlo se formaba un triángulo invertido, que dejaba al descubierto el escote, que levantaba y realzaba mis tetas, y, debido al volumen se dejaba ver el canalillo de las mismas. En la parte baja del prendedor se formaba otro triángulo, inverso al primero, que dejaba mi ombligo y parte de mi abdomen al descubierto.
    
    Cuando estuve con toda esa indumentaria, me puse frente al espejo, me vi y me dije: Que pedazo de puta y, al tomar conciencia de cómo me veía, en ese mismo momento, sentí en el estomago, algo asi como una leve punzada con un cosquilleo intenso, y sentí, cómo la tanga empezó a humedecerse.
    
    No había tomado ni un trago de café cuando sonó el teléfono, lo tomo y escucho la voz de César que ordena: Ya, sal pronto: ¡¡zorra!!. Eran las diez de la mañana.
    
    Abrí el placard, saqué una bata de media estación para cubrirme, por si algún vecino andaba por ahí. Salí, subí al auto de César y partimos para la casa quinta. Habíamos hecho unas pocas cuadras cuando me ordenó quitarme la bata. Con esa pinta de puta sentada en la butaca del acompañante, cada vez que se detenía en algún semáforo, quedaba expuesta a las miradas de peatones y motociclistas. Sentía pudor, y a la vez, excitación.
    
    Cuando llegamos a destino, bajé del auto y caminé hacia la entrada de la casa. Estaba por entrar cuando siento que César, desde atrás, me tomó de los brazos para que me detenga, lo hago, me cubre los ojos con un pañuelo de seda y, desde atrás, y con sus mano en mis brazos, me hace continuar la marcha. llegamos a un determinado ...
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