1. Sombras del olvido 5 Final


    Fecha: 08/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: danny52, Fuente: TodoRelatos

    ... propios placeres, que solo lo consiguen causando dolor, humillación y el sometimiento de la perra. Lo que sí tenía, era un odio feroz, pero para conmigo. Cuando esta mañana llegamos y comenzó todo, supe que no era lo mismo el setting que la realidad. La sumisión era una fantasía que había quedado suspendida cuando César me dejó. Pero, en el medio, apareció un hombre de verdad que no buscaba su propio placer sino que con sus besos, caricias, su devoción, su pasión me hacía sentir la sensación de que podía volar, porque él, no necesita establecer una relación de poder para someter y así encontrar un poco de placer.
    
    Hoy supe que no soy sumisa ni esclava, porque en mi sangre, en mi corazón y en mis entrañas, siento la libertad que me dio el amor de un hombre de verdad inteligente, generoso, valiente y hermoso; al que he traicionado, y no me va a alcanzar el resto de mi vida, para pagar esta vil ofensa.
    
    Ya se veía el atardecer y por enésima vez les pedía que me lleven a mi casa, ya no tenían vigor para seguir, solo se dedicaban a humillarme, golpearme e insultarme.
    
    No pude parar de culparme. Sabía quienes eran y cómo eran. Nadie me obligó a aceptar venir; a no ser, esa maldita asignatura, que quedó pendiente, en la piel, de aquella estúpida muchach
    
    Me regresaron a las tres y media de la mañana. Cuando bajé los insulte y les dije: que no quería volver a verlos en mi vida. Me miraron y Dino dijo: eres igual que todas las putas. Soltaron sendas carcajadas y se marcharon.
    
    Entré con todo el sigilo que pude, me puse un equipo de gimnasia y zapatillas, que estaban en el canasto, para ser enviados al lavadero. Me quité la indumentaria de puta, las puse en una bolsa de residuos, salí a la calle por la cochera, caminé hasta el contenedor y tiré, eso que era la prueba contundente del desatino y el error más grande de mi vida. Entré al dormitorio, tomé un pijama de pantalón largo y un remerón, tenía que cubrir todas las marcas que tenía en mi cuerpo. Me di una ducha, me vestí y, sin que Victor se entere, me acosté. Mi temor era el daño que esto podría causarle a Víctor. Yo, ya no importaba, pero ese ángel ,con todo el amor que tiene por mí, lo podría devastar. No pude dormir. Cuando Victor se levantó sentí sus pasos hacia el baño, escucho que se detuvo y en voz muy baja dijo: ¡hu! el lunes tengo que operar ¡ay! mi amor, cómo haré para seguir creyendo en ti. Se duchó, tomó lo que tenía previsto llevar, se dirigió a la cochera, y después de un rato, pude escuchar el motor del auto al alejarse. Mi llanto se podía escuchar en el mismo infierno, donde se regocijaban, esperando mi llegada.
    
    Esa noche Víctor no llegó, se quedó a dormir en la oficina. Desconozco si en la oficina tiene alguna comodidad, seguramente se fue a dormir a algún hotel, para no tener que estar conmigo. No me lo puedo imaginar enojado ni alterado, debe estar decepcionado, triste, desconsolado. Lo llamé y me respondió con una voz apocada. Lo increpé, por algunas tonterías, quería ...
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