1. Depilando a un hetero


    Fecha: 04/12/2019, Categorías: Gays Autor: Ganimedes, Fuente: TodoRelatos

    ... su amigo iba a chupársela, puso una mano sobre la nuca del rubio, pero este se sobresaltó y miró a su cliente. Said lo miró ruborizado, y esta vez Marcos también se sonrojó. ¿Quería su amigo heterazo que le chupase la polla? El pensaba que solo se limitaría a una paja sin importancia, pero no podía rechazar algo como aquello.
    
    -¿Quieres…? -Said se limitó a asentir, y Marcos se sintió en la obligación de complacerlo.
    
    Tampoco es que le hiciese mucha falta demasiada insistencia, pues en el momento en el que el árabe dijo que sí con la cabeza, el muchacho rubio se lanzó a su polla como alguien que se lanza a por un poco de agua después de haber caminado por el desierto. Estaba impaciente, y esta impaciencia relució cuando intentó meterse casi toda la polla en la boca y una sonora arcada se lo evitó. La arcada arrancó una carcajada de Said, que le acarició la nuca rubia a su amigo.
    
    -Ninguna puede tragársela entera -dijo.
    
    Marcos se habría tomado aquella frase como un reto en otra ocasión, o en otras circunstancias, pero sabía que su amigo no lo estaba diciendo para vacilar ni para demostrar su hombría. Era más que posible que ninguna mujer antes se la hubiese metido entera en la boca, de punta a huevos, pero Marcos sabía que, si alguien podía, era él.
    
    Meneó la polla un par de veces más con la mano, mientras que con la izquierda se pajeaba la suya propia, y retomó la actividad oral. Comenzó a lamer la punta de aquel sabroso y descapuchado rabo, que le sabía al néctar de los dioses. Rodeó el glande con la boca y cerró los labios alrededor, centrándose en dar todo el placer posible a su amigo con la lengua, pasándola por el orificio de la uretra, dibujando círculos alrededor de los pliegues del glande y succionando como si estuviese sorbiendo un helado. Said no paraba de suspirar, y de vez en cuando miraba a los ojos a Marcos. Marcos se alegraba de que su amigo no lo estuviese usando únicamente como juguetito sexual, sino que establecía una conexión mediante miradas, sonrisas y guiños de ojo. Said, por el otro lado, era la primera vez que experimentaba algo así. Se la había chupado muchas veces, pero nunca un hombre, y mucho menos su mujer amigo. Sin embargo, había descubierto que lo estaba disfrutando igual, o incluso más, que cualquier mamada que cualquiera mujer le hubiese dado antes, y decidió entregarse al placer sin rodeos ni titubeos. Sus gemidos y suspiros indicaban aquello, que se estaba dejando llevar y que no se arrepentiría.
    
    Marcos volvió a intentar metérsela entera en la boca o, al menos, todo lo que pudiese, y para su satisfacción notó cómo el pubis recién depilado de Said le rozó la nariz, ante lo cual su amigo soltó un sonoro suspiro de admiración.
    
    -Me cago en mis muertos, es la primera vez que lo consiguen -dijo en un estado de babia y shock.
    
    Tras la inminente arcada, Marcos dejó escapar la polla y subió la cabeza en busca de aire, con una sonrisa triunfadora de oreja a oreja y un hilo de babas que unía su boca a su ...