1. Depilando a un hetero


    Fecha: 04/12/2019, Categorías: Gays Autor: Ganimedes, Fuente: TodoRelatos

    ... su amigo.
    
    -¿Y tú? -dijo señalando a Alba- Cuando te contrataron en la peluquería, ¿quién fue tu primer cliente?
    
    -Fuiste tú, pero porque te obligué a pagar. Después del corte de pelo te levantaste sin que me diese cuenta y te fuiste de allí sin ni siquiera despedirte -su amiga puso los ojos en blanco-. Que vaya Paulo.
    
    -Yo soy gitano -dijo Paulo-. Nosotros nos depilamos con una cuchilla, de toda la vida del señor.
    
    -Y los moros ni nos depilamos -dijo Said.
    
    -Vamos, que sois unos amigos de mierda…
    
    -Tío, si yo iría como voluntario -intervino Said-, pero es que vas a empezar a practicar con cera. Con cera. ¿Eres consciente? Le quemaste la cara a un cliente en la cafetería porque le tiraste un té hirviendo por encima…
    
    -¡Coño¡ ¡Que fue un accidente! -dijo, acalorándose de nuevo y alzando la voz- Siempre me vais a recordar al calvo de la cara quemada.
    
    -Es que, hijo, no sé si prefiero que me quemes la cara con un té antes que la polla con la cera -dijo Paulo, y todos se rieron.
    
    Marcos se cruzó de brazos y guardó silencio. Sabía cuál era su poder de convicción, y antes de que se acabase la jornada estaba seguro de que alguno de los tres cedería. Quería a Said o a Paulo, pues daba mejor imagen conseguir depilar a un tío y que dejase una buena valoración sobre tus servicios que a una tía, que ya estaban acostumbradas a todos los métodos de depilación existidos y por existir.
    
    Said tenía 25 años como él. Era de árabe, de padre saharaui y madre argelina. Tenía unas facciones árabes que lo hacían tanto intimidante como atractivo, y que a la vez le aportaban un toque infantil en el rostro que hacía que a veces le echasen más edad de la que tenía. Iba alternando estilos, y se quitaba o se dejaba la barba según le apeteciese. Tener barba siempre hacía que Marcos le soltase un par de bromas sobre bombas y terrorismo, pero Said las encajaba bien porque siempre se metía con la sexualidad de Marcos en tono jocoso. Marcos era abiertamente gay, y aunque la religión de Said aseguraba que era pecado, él siempre había estado muy cómodo alrededor del que consideraba su mejor amigo. El moro medía 185cm, tenía una espalda que según el padre de Marcos era para “cargar piedras”, y unas piernas tan largas y musculosas que de una sola patada podía noquearte. Practicaba fútbol e iba asiduamente al gimnasio, y, aunque la mayoría de los futbolistas lo hacían, él no se depilaba. Su novia, árabe también, creía que un hombre era más sexy cuanto más pelo tenía, y a él le gustaba complacerla en todos los aspectos posibles. Dicho esto, sí que se recortaba el pelo en zonas como los sobacos o el pubis para una mayor comodidad e higiene.
    
    Por otro lado, estaba Paulo. Paulo era, según él, más gitano que los gitanos de verdad. Paulo era mitad gitano, mitad latino. Su padre era brasileño y su madre gitana sevillana, pero a él siempre le tiró más la cultura y la sangre de la mujer que lo parió. Paulo era muy atractivo también, y Marcos se tenía estudiado aquel cuerpo ...
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