Una compra feliz... - Relatos Eróticos

Una compra feliz...

... medio litro de aceite virgen de oliva, y soltarme...

Decir y sentir, como algo líquido y ciertamente viscoso, humedece desde el inicio de mis nalgas, y cae por mis piernas hasta los mismos pies, rellenando mi calzado, y hacer un charco en el suelo, viendo que aquello no es otra cosa que ese producto que he comprado. Y volver el muy hijo de puta a la tarea, sintiendo como fuerza ese objeto, presión que en esta ocasión tiene su fruto, pues comienza a entrarme, y deteniéndose y le da por sacar... ooohhh!!.

Y comenzar a repetir, convirtiéndose en un mete saca, hasta quedarse contento tras introducirme la longitud de ese pepino, cerca de veinte centímetros, y ver cómo me corro solo sin llegar a tocarme... ooohhh!!. Y volver esté a soltar...

Y en esos momentos, creo recordar que escuche de fondo como el ruido de unas puertas cerrarse, y casi me hace orinarme de miedo, cuando esté individuo me hace saber que han llegado esos tres individuos, o como esté les hacía llamar... ‘mastodontes’. Y aunque escuchaba de lejos el ruido que más se me asemejaba a unas pisadas, esté individuo, no dejaba de decirme como eran estos, detallándome como...

Especificarme, y darle por continuar...

Y esos ruidos de fondo, acaban de pronto, escuchando una voz detrás de mí, que en esos momentos me da por suplicarle a esta persona, mientras escucho...

Y tiemblas, diciéndome a mí mismo que no me queda otra que aceptarlo, y cuando siento una mano fría en mi hombro, y acto seguido unas risas, escuchando la voz conocida de un pedazo de cabrón, diciéndome...

Y verme allí en cierta manera humillado, cayendo en el momento en que lo vi, y en aquello que me cuenta, como he sido yo mismo quien le ha elaborado todo su plan, desde el momento en que me dio por llamarlo, y darle por pedirnos vernos, haciéndole ver que estaba de ‘rodríguez’, y deseaba todo lo que me hiciera, y en especial... polla. Y es lo que ese cabrón me dio, humillándome de una forma cruel, sodomizándome con aquellas hortalizas que compre para cenar, y sirviéndose de todo para castigarme sexualmente.

Os podría decir que me vengue de ellos, pero no sería verdad, pues en cierto sentido lo disfruté muchísimo, ya que en vez de soltarme estos mamones, aprovecharon y cosa que deseaba, ya que mientras me dio por chupársela a uno, aquel viejo conocido gracioso le dio por follarme... uuummm!!. Y bueno, creo que es hora de dejarlo aquí, ya que no me queda otra, pues veo que me excedido, no deseando repetirme, y menos pecar de pesado.

Pero eso sí, antes de despedirme, debo recordar hacia aquellos lectores que, desean compartir conmigo sus críticas, que obviamente las acepto, ya que me enseñan a ver mis defectos (que son muchos). Pero eso sí, no siendo mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo que me gusta compartirlas.

Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida es muy corta, y ...