1. Amor de hermanos


    Fecha: 28/11/2019, Categorías: Incesto Autor: brendy, Fuente: SexoSinTabues30

    ... a este lugar a tener una familia. Vine a conocer a mi media hermana.
    
    -¿Cómo se llama tu padre? – preguntó la niña.
    
    -Genaro.
    
    La niña estuvo a punto de decir que su papá se llamaba igual, pero hiló los puntos. Ella era la media hermana. Mismo padre, diferentes madres.
    
    -Mucho gusto – le dijo ella – Me llamo Mónica. Sabía que papá tuvo otra familia, pero siempre pensé que nos odiarías.
    
    -Al principio lo hice.
    
    -pero te diste cuenta de que siempre es bueno tener familia en algún otro lugar, ¿cierto? – continuó la pequeña Mónica.
    
    -Así es, sí. Por eso vine a conocerlos.
    
    -¿Cuántos años tienes?
    
    -22 ¿y tú?
    
    -12.
    
    -¿Me acompañas a la casa de tu mamá? Dije que vendría a conocerte y que te traería de regreso para ir a comer.
    
    La pequeña Mónica asintió. Se acomodó la ropa. Al levantarse de la roca en la que estaba sentada y caminó junto a él. Estaban por llegar a la casa cuando él le dijo:
    
    -¿Sabes? Eres muy madura para tu edad, Mónica.
    
    Esa noche Mónica escuchó la puerta de su habitación abrirse y sin darse cuenta, un cuerpo se abalanzó sobre ella. La luz que entraba por su ventana pasaba a través de su cabello rubio. Al sentir su boca sobre la suya, reconoció el aroma de aquel gringo hermano. No se resistió. Aquellos labios, saliva y lengua la desarmaron. Las chicas en la escuela hablaban de besos con chicos y ella jamás los había experimentado. Este era su momento. Eran mejores de lo que se había imaginado. Sabía que iba a sentir mariposas en el estómago, pero no humedad en su vaginita. No estaba lista para tanta humedad. Empapaba sus braguitas y le hacía desear frotarse, sentirse penetrada, poseída. Instintivamente comenzó a mover su cadera de arriba abajo. Scott lo notó.
    
    -¿Qué quieres, hermanita? – susurró con su respiración agitada.
    
    -Quiero lo que mis amigas grandes hacen con sus novios.
    
    -Si que eres madura, hermanita. Bien, te ayudaré con eso.
    
    Levantó el camisón que usaba de pijama hasta descubrirle la cadera. Luego le deslizó con cuidado su ropa interior para quitársela. La pequeña apenas entraba en la adolescencia. Le estaban creciendo los pechos, pero aun faltaba mucho para un tamaño decente. Sus piernas eran delgadas y sus caderas ya se habían ensanchado. Lo que vio el joven Scott fue un pubis con apenas unos pelos castaños como los de la cabeza de su hermana.
    
    -Delicioso – dijo antes de inclinarse y pasar la lengua entre ambos labios. La chica se estremeció. Él sonrió y lo repitió una y otra vez hasta que aquellos temblores se convirtieron en gemidos y pujidos. Se humedecía cada vez más y no sólo por la saliva que dejaba Scott. Ella, de por sí mojada, soltaba más y más líquido.
    
    -¿Qué haces? – preguntó Mónica cuando el joven le introdujo un dedo. Ella quiso gritar, pero cerró la boca con fuerza. No se lo metió entero y ciertamente no hasta el fondo. Se detuvo en un lugar. Comenzó a sacarlo y meterlo.
    
    -¿Te gusta esto?
    
    -Sí, mucho… pero quiero algo más ancho… – respondió Mónica casi sin poder ...