1. Mi Hermano es una Bestia…


    Fecha: 23/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Januman, Fuente: SexoSinTabues30

    ... plenamente como una verdadera hembra en celo, caliente y deseosa de estos cuatro machos para ella sola. Sansón se dejó hacer todo de Quique; le permitió que éste jugara largamente con su verga por el anito abierto, juntando con el glande el semen que escurría de Darío y luego metérselo junto con su rabo hasta el tope. El perro arqueaba el lomo cada vez que la larga verga de Quique lo empalaba, jadeando y babeando de gusto; puesto que Sansón lo estaba disfrutando, traía su colorada y rugosa pija fuera de la funda de pelos.
    
    > ¡Sí que es un puto este perro tuyo, Walter!
    
    Exclamó Darío al ver la erección de Sansón, mientras el otro macho le bombeaba el culo. Y Quique al oír eso, pasó una de sus manos por el vientre del animal para encontrar que efectivamente lo estaba follando tan rico, que le hizo despertar los instintos carnales al perro. Sobándole la pijota y el lomo, Enrique acabó gritando dentro del can.
    
    El tercero fui yo. Ya traía el rabo súper colorado de estármelo jalando muchísimo, y me escurría demasiado por la anticipación. El esfínter de Sansón estaba increíblemente dilatado después de soportar las folladas de esos dos sementales; y cuando se la metí, mi verga deslizó entera y tan delicioso gracias a la lubricación de la calentita y espesa esperma de Darío y Quique. Yo me lo cogí como la primera vez que me lo culeé en ese mismo lugar, frotándole el lomo peludo para hacerle saber que era una buena perra y con la otra mano continué la tarea de Enrique y me puse a masturbar a Sansón; al mismo tiempo que se la metía y sacaba con saña. Mi hermano y los otros dos machos me alentaban, bebiendo cerveza y diciéndome que le sacara la leche al perro. Aquello era tan morboso que yo me sentía en otro mundo, en uno de puro placer perverso. Definitivamente lo más excitante de esa orgía era saber que esos otros hombres me miraban y aprobaban mi virilidad con sólo 15 años. Hasta que no pude más y yo también vacié todas mis bolas cargadas dentro del recto canino.
    
    Y Walter tuvo el turno final. Cuando se levantó de la silla su vergota estaba tan hinchada y venosa que se veía todavía más gigantesca; que tanto Quique como Darío se quedaron boquiabiertos por la enorme hombría de su amigo. Entonces mi hermano hizo lo mismo que los folladores anteriores, se puso en posición con el trasero de su mascota alineado con su glande, le dio unas palmaditas a su perro y se la introdujo con una letal y única arremetida.
    
    A pesar de que Sansón ya estaba bien usado, aquel tamaño fálico y ese salvajismo le hicieron quejarse de dolor; pero como se trataba de su amo y el animal lo sabía bien, se dejó para el asombro de nosotros tres. Y otra cosa que fue sorpréndete y extra excitante, fue que cuando mi hermano se la metió entera, llenándole todo el culo al perro con su maciza carne, hizo que toda le leche viril mezclada de Darío, Quique y mía, brotara en una explosión de esperma que terminó embarrándole todos los pelos púbicos a Walter y hasta los de su peluda ...