1. Mi Hermano es una Bestia…


    Fecha: 23/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Januman, Fuente: SexoSinTabues30

    Mi nombre esMarlon, diría que soy un chico bastante normal o eso creía hasta hace poco. Actualmente vivo con mi papá y mi hermano mayor, pues mi madre nos dejó cuando yo era muy pequeño y la verdad es que no me gusta hablar de ello; así que simplemente contaré la historia que inició unos cuantos meses atrás.
    
    Yo ese sábado por la mañana estaba solo en casa, en el patio trasero tomando el sol completamente desnudo; ya que éste está rodeado por un cerco alto y varios árboles que le dan privacidad absoluta. Había salido de la piscina después de nadar un rato, por lo que me recosté en una de las sillas de plástico blancas para dejar que los rayos de sol me secaran; en lo que justo se me viene encimaSansón. Él es el perro de mi hermano, un enorme Pitbull Terrier marrón y con el que yo no llevo muy bien que se diga; por lo que no suelo controlarlo y mucho menos trato de enemistarlo; pero ese día Sansón estaba algo juguetón y se puso a lamerme las gotas de agua de las piernas, haciéndome cosquillas, mientras subía y se encaramaba luego en mi peluda entrepierna. Yo me quedé perplejo al ver como el perro me olfateaba todos mis genitales masculinos, para luego ponerse a lamerme los velludos huevos y también la verga; la cual por supuesto se puso muy dura por todos esos estímulos.
    
    Sin poder controlar mi excitable miembro, este se infló e irguió en cuestión de segundos y para colmo a Sansón pareció gustarle; puesto que continuó pasando vorazmente su larga lengua por toda la base de mi sólido rabo hasta la jugosa punta, de la que no paraba de escurrirme muchísimo jugo seminal con cada lamida de ese can. Al perro evidentemente le empezó a gustar más cuando mi glande soltaba chorro tras chorro de viscoso presemen, comiéndoselo todo con cada lengüetazo, y yo para ser honesto también lo estaba disfrutando; tanto que no pude evitar tomar mi verga con una mano e iniciar una intensa paja, al mismo tiempo que gozaba con las lamidas de Sansón en mi enrojecido glande.
    
    Yo comencé a sobarlo y decirle cosas como:“¡Buen perro! ¡Eso es, sigue así!” Hasta que me corrí tal y como estaba, soltándole toda mi leche en el hocico al perro; quien se puso a comerse todo mi espeso esperma como si fuese un manjar, siguiendo con sus ávidas lamidas a mi ahora sensible rabo, lo que me hizo gemir mucho y retorcerme de gusto. Y para cuando mi semen dejó de brotar, Sansón se detuvo y tranquilamente se fue a echar a la grama.
    
    A mí eso de la zoofilia jamás se me había pasado por la cabeza y menos con un perro macho, pero admito que esa paja ayudada con el oral canino de Sansón, me encantó; que la repliqué un par de veces más cuando nuevamente me quedé solo en casa. La segunda vez me desnudé en mi habitación y llamé al perro para que entrara, le ofrecí de pie mi entrepierna para que la olfateara y casi al instante éste volvió a usar su lengua en toda mi virilidad.
    
    Yo me acosté en mi cama ya con la verga bien erecta y Sansón se subió conmigo para continuar lamiendo toda mi sudada ...
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