1. Mi Hermano es una Bestia…


    Fecha: 23/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Januman, Fuente: SexoSinTabues30

    ... súper excitado.
    
    > ¡Hey, Darío! ¿Qué esperas para probarle el culo a mi perro?
    
    > ¡¿En verdad me lo puedo culear?!
    
    > ¡Claro! Tengo bien entrenado a Sansón para que aguante duro por el culo.
    
    >¡Vamos, sin miedo! Queremos verte darle… Así como la come de rico, tiene el culito…
    
    Le dije al amigo de mi hermano mayor, incentivándolo para que no titubeara más. Por suerte, Darío es de esos machos que no desaprovecha una oportunidad para follar y gozar de una hembra; aunque en este caso sería el trasero de un perro.
    
    Ya ninguno se reía, pues nada era broma, la cosa iba muy en serio. Todos traíamos los miembros erectos a reventar y estábamos por comenzar una verdadera orgía entre cuatro viriles hombres y un puto pitbull.
    
    Así que Darío no lo dudó más y se puso detrás de Sansón, se escupió la verga, restregando con la mano la saliva desde la base hasta la enorme punta, y como un experto tomó al can por la colita y empezó a frotarle el glande por el arrugadito esfínter. Y como vio que Sansón se dejaba levantando el culo, al tiempo que éste continuaba lamiendo la larga verga de Quique, le metió la hinchada cabeza fálica de una clavada y luego se la empujó otro poco más, metiéndole medio miembro. Ahí la mascota de mi hermano chilló, aunque se quedó siempre inmóvil; entonces el compañero de mi hermano, como todo un conocedor en la materia, lo sujetó por las caderas y sin piedad y de un sólo toque se la mandó hasta los huevos.
    
    Así estaba el macho de Darío, caliente como una brasa y sudado por todo su marcado cuerpo, con el Sansón bien ensartado en su fornido rabo; jadeando y resoplando como otro animal embramado. Entonces ese otro semental se disputo al ‘mete y saca’ por ese culo canino, dándole con muchas ganas y con una furia imbatible.
    
    > ¡Uff…qué rico! Nunca hubiera pensado que un perro tuviera el culito tan delicioso.
    
    >Eso es lo que te decía mi hermanito… Él y yo nos gozamos siempre a este perro-puto.
    
    > ¡Joder, sí! ¡Aprieta más que el coño de una perra en celo!
    
    Pasaron varios minutos, en donde el perro de mi hermano soportaba el abate salvaje de Darío, mientras no dejaba de atender con su lengua y hocico la virilidad de Quique; quien gemía de placer y no despegaba la mirada del otro hombre y su verga, entrando y saliendo enérgicamente de aquel trasero canino. Walter y yo los observábamos con morbo desmedido, y también cruzábamos miradas y sonrisas; en lo que nos masturbábamos sin descanso.
    
    El macho de Darío traía todo el cuerpo bañado en sudor masculino, con los músculos y venas resaltadas por la intensa fuerza que tenían sus estocadas anales; jadeando cada vez más hasta que finalmente tuvo un sonoro orgasmo. Cuando le sacó su gorda verga a Sansón, mi hermano y yo notamos como le dejó de rojo y abierto el culo al perro, chorreando borbotones de esperma en la silla plástica donde tenían en cuatro al animal que hacía de hembra.
    
    El segundo fue Enrique, que hizo lo mismo que vio hacer a Darío, mientras el pitbull respondía ...
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