Deuda Aplazada......Mis pecados al máximo. - Relatos Eróticos

Deuda Aplazada......Mis pecados al máximo.

... temprano a hacer ejercicio, que como todavía tenía el último día de congreso, que le llamaría al final de la jornada. Luego de organizarme y tomar algo de desayuno, fui al salón del congreso, obviamente llegaba tarde, y por más que de arreglé y maquillé, creo que no podía disimular mi rostro de pecadora.

El día pasó muy lentamente, hablé con mi esposo, lo normal, que tal todo en el congreso y que como estaban las cosas en la casa. Tuve un sentimiento de monotonía en esa conversación. Al final de la jornada, luego de compartir unos minutos con unos colegas, subí a la habitación, no estaba Alejo, así que me tendí en la cama, pues sentía que mi cuerpo pedía un descanso adicional.

Me desperté sobresaltada, pues el celular lo tenía muy cerca de mi cara cuando entró la llamada de Alejo. Ya no me importaba que en la pantalla apareciera su nombre. Me indico que en una hora pasaba a la habitación para ir a comer y por unos tragos. Sabiendo que sería mi última noche en Cartagena, me puse un vestido acorde con el clima, y claro mi collar de perlas.

Fuimos a cenar con Alejo al restaurante del hotel, cenamos bastante bien, pues en mi caso, prácticamente no había comida nada desde el desayuno. Acompañamos la cena con unas copas de vino, me dijo que le parecía que ése vestido rojo me quedaba muy bien, que me veía como una diva, y que esta noche iríamos a la disco que tiene el hotel en el último piso, con vistas a toda la bahía. Alejo pagó y tomamos el ascensor hacia la disco, que, aunque todavía era temprano, ya había bastantes personas.

Luego de un par de horas, Alejo ya estaba algo pasado de tragos, pues en la disco el cambió a tomar whiskey, yo no quise cambiar y seguí tomando vino. Alejo, tal vez por los efectos del alcohol, no hacía sino decirme que me quería, y que nunca me había olvidado, incluso imaginaba como habría sido nuestras vidas si nos hubiésemos casado. Yo solo le seguía el juego, aunque ya sentía algo de molestia, pues su tono de voz se sentía algo molesto, y remato diciendo que “algún día la venganza es mía”. – Cosas de ebrios – me dije.

En ese momento le tomé de la mano y fuimos a bailar, allí la cosa cambió, Alejo es un artista en la pista de baile, sacaba de mí los mejores pasos, bailamos sin descansar como cuarenta minutos. Le comenté a Alejo que estaba acalorada, que quería salir a la terraza a sentir la brisa y admirar la ciudad, el dijo que fuera saliendo que él iba por algo de tomar para los dos.

Estaba en la terraza observando la ciudad, una vista espectacular, de repente sentí que alguien se me acercaba por detrás, asumí que era Alejo, pero al voltearme, era uno de los bailarines que la disco contrata y que animan al público desde la tarima del DJ. Se le veía acalorado, le saludé y él se presentó como Lobo, sonreí y me aclaró que era su nombre artístico. Tomaba una botella de agua, con tal apuro, que la terminó en unos pocos, segundos. Sonrió y me miró, - estaba seco – dijo.

Yo me quedé sin palabras, qué hombre ...