Mi madre probó una polla joven, y después, la mía - Relatos Eróticos

Mi madre probó una polla joven, y después, la mía

... presento a Cristian, ellos son Marta y mi hijo Carlos.

—Encantado, Marta. Me alegro de conocerte Carlos, Encarna me ha hablado mucho de ti.

¿Cómo te ha hablado mucho de mí? ¿Desde cuándo os conocéis? Estuvimos hablando un rato sintiéndonos todos en una situación un poco incómoda, hasta que decidieron dar por terminada la charla.

—Bueno, tenemos las copas en una mesa del fondo, os dejamos.

La noté vacilar, seguramente había interrumpido un plan.

—Hasta luego Marta —se marchó con un rictus característico de ella. Le pedí a Cristian que me concediera un par de minutos para hablar con ella.

—Siento la situación mamá. ¿Te gusta?

—Mucho.

—Tienes mi apoyo. Si necesitas que te cubra, dímelo —Y ante su cara de agradecimiento, añadí sonriendo—. Saluda a Elena de mi parte.

Nos dimos un abrazo muy fuerte, y dejé que se marchara a vivir lo que ella quisiera. Al regresar con Marta esperó a que yo quisiera hablar, dejándome mi espacio. Sabía que tenía que procesar lo ocurrido.

—¿Como estás? —acertó a decir pasado un tiempo

—Confuso. Sé que no tengo derecho a juzgar, pero es como ver una imagen caer. Le he dado mi aprobación.

—Es admirable. No debemos juzgar por extraño que a veces nos parezcan las cosas.

Era consciente de que en mi vida también se habían producido escenas que no querría que se supieran. Y Gerardo no era mi padre. Solamente que no encajaba con la personalidad de mi madre. Me costaba asumirlo.

—Me parece que tu gesto se merece un premio. ¿Te apetece follarme esta noche? Por los viejos tiempos …

—¿Has dicho follarte? ¡Qué tonta, vamos!

Al marcharnos, no pude evitar mirar hacia la mesa donde estaban ellos. Ese chico se la estaba comiendo literalmente, y mi madre desaparecía entre sus brazos, con los tirantes del vestido bajados.

Mientras estaba en la cama con Marta, pensar en mi madre con ese chico, me excitó: Follé a Marta con una furia desconocida, una rabia que se había apoderado de mí al recordar a mi madre besándose con Cristian.

—Joder. ¡Qué forma de follar Carlos! estoy por retomar nuestra relación —sonrió.

Durante el desayuno, estuve más tranquilo. Ella dijo que, en el caso inverso, si hubiera sido mi padrastro, seguramente lo habría visto más normal. Lo entendí como una forma de decirme que apoyara a mi madre.

Mientras hablábamos, recibí un wasap de ella.

—¿Comemos juntos?

Dudaba que respuesta dar. Ella parecía querer afrontarlo, y Marta se marchaba a volar.

—Ok. Sobre las dos estoy en casa.

Cuando llegué, la busqué por el salón, la llamé en voz alta, y no respondió. Fui a su dormitorio, estaba hablando por teléfono. Puse la mesa mientras la esperaba, y me abrí una cerveza. Llevé la jarra de gazpacho a la mesa. Al verla entrar en la cocina, le abrí una cerveza sin preguntarle.

—No estaba planeado Carlos —fue lo primero que dijo.

—Mamá, aunque reconozco que me sentí violento, no puedo reprocharte nada. Fue algo inesperado. No me debes ninguna explicación.

—Te ...